Libia registró su primer caso confirmado de coronavirus, anunció el martes el gobierno respaldado por Naciones Unidas, avivando los temores de que un brote pueda rebasar al frágil sistema de salud del país, devastado por la guerra.
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Mientras la pandemia del coronavirus azota Medio Oriente, los países intentan frenar el incremento de casos restringiendo la movilización de cientos de millones de personas. Egipto, el país más poblado del mundo árabe, así como Siria, devastada tras nueve años de conflicto, se convirtieron en las naciones más recientes en imponer toques de queda nocturnos a partir de esta semana.
El Fondo Monetario Internacional, por su parte, dijo que la escasez de artículos médicos cruciales podría elevar los precios y perjudicar a las naciones más pobres de Medio Oriente.
Van más de 31.000 infectados en la región, la mayoría en Irán. Aunque la mayoría de las personas se recuperan del virus y de la enfermedad COVID-19 que causa, es altamente contagioso y cuadros graves en algunos pacientes, particularmente adultos mayores y aquellos con sistemas inmunológicos debilitados. El desplome de los precios del crudo ha incrementado las dificultades incluso en los países más ricos de la región, afectando su capacidad para enfrentar al virus a medida que la pandemia copa los sistemas de salud de todo mundo.
Un hombre de 73 años, que ingresó a Libia desde la vecina Túnez, el 5 de marzo, se convirtió en el primer caso registrado en el país del norte de África. El paciente en Libia viajó recientemente a Arabia Saudí, según el Centro Nacional para el Control de Enfermedades, padece de fiebre y tos y está en aislamiento en un hospital de Trípoli.
La confirmación del primer caso en Libia, tres semanas después de que el paciente llegó al país, pone a prueba al frágil sistema nacional de salud. Los intentos para establecer un programa de protección contra la enfermedad en el país se han visto socavados debido a la división entre dos gobiernos rivales, uno en el este y el otro en el oeste del país.
Sudáfrica
Los casos de coronavirus en Sudáfrica subieron a 709, anunció el ministro de Salud el miércoles, mientras el país, que tiene el peor brote del continente, se preparaba para iniciar una cuarentena el viernes.
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Zweli Mkhize anunció los nuevos datos en la televisora estatal y destacó un preocupante foco de infección en la provincia de Free State, entre asistentes a una iglesia donde se detectaron cinco contagios. Todos ellos habían viajado al extranjero recientemente.
El número de contagios en África supera ya los 2.400. Libia anunció su primer caso, con lo que 44 de los 54 países del continente tienen pacientes de COVID-19, la enfermedad provocada por el virus.
Los que aún no registraron casos son Mali, Guinea Bissau, Sierra Leona, Sudán del Sur, Burundi, Malawi, Botsuana, Comoros, Lesoto y Sao Tome y Príncipe, según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de África. Algunas de estas naciones tienen los sistema de atención médica más frágiles del continente.
República Democrática del Congo, que reportó su tercera víctima mortal, fue el último país en cerrar sus fronteras. La nación tiene uno de los sistemas sanitarios más precarios de la región y ha enfrentado otra emergencia global de salud global: un brote del letal virus del ébola en el este.
Aunque ese brote parece estar cerca de terminar, el país también sufre una larga epidemia de sarampión.
En la mayoría de los contagiados, el nuevo coronavirus causa síntomas leves o moderados, como fiebre y tos, que desaparecen en dos o tres semanas. Pero en otros, especialmente gente mayor o con enfermedades previas, puede manifestarse con un cuadro más grave, incluyendo neumonía o la muerte.