El primer ministro de Gran Bretaña, Boris Johnson, pasó la noche en la unidad de cuidados intensivos en un hospital de Londres por el nuevo coronavirus, pero no está conectado a un respirador, dijo un ministro el martes.
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Johnson ingresó en el Hospital St. Thomas en la noche del domingo, 10 días después de que fue diagnosticado con covid-19, el primer líder mundial que se confirma que padece el virus. Fue trasladado a la UCI el lunes cuando su estado empeoró.
Johnson estaba recibiendo oxígeno, pero “el primer ministro no necesita respirador”, explicó el ministro del gabinete, Michael Gove.
Según Gove, el primer ministro está “recibiendo la mejor atención del equipo de St. Thomas y nuestra esperanzas y oraciones están con él y su familia”.
“Esperamos desesperadamente que Boris pueda tener la recuperación más rápida posible”, agregó Gove.
La prometida de Johnson, Carrie Symonds, quien está embarazada, se está recuperando de los síntomas del coronavirus.
Oficialmente, Gran Bretaña no tiene puesto de viceprimer ministro, pero el secretario de Exteriores, Dominic Raab, ha sido designado para ocupar el cargo de forma interina.
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“El trabajo del gobierno continuará”, dijo Raab el lunes en la noche, añadiendo que Johnson le había pedido “sustituirlo donde fuese necesario para impulsar los planes del gobierno para derrotar el coronavirus”.
El deterioro de la salud de Johnson tomó a muchos por sorpresa en el país. El lunes por la tarde tuiteó que estaba animado y dio las Gracias al Servicio Nacional de Salud por cuidarlo a él y a otros con la enfermedad.
Johnson había estado en cuarentena en su residencia oficial en Downing Street desde que fue diagnosticado con COVID-19 el 26 de marzo.
Durante este tiempo siguió trabajando, para preocupación de algunos de sus compañeros. Con Gran Bretaña acercándose todavía al pico del brote, tanto él como su gobierno están bajo una intensa presión.
Johnson presidió reuniones diarias sobre el brote hasta el domingo. Durante sus 10 días en aislamiento, publicó varios videos en los que pedía a los británicos que se quedasen en casa y cumpliesen las medidas de distanciamiento social para ayudar a frenar la propagación del virus.
El gobierno confirmó el lunes 51.608 casos de coronavirus en el país, con 5.373 fallecidos.