Desde que se propagó la pandemia del coronavirus por el mundo, Brasil inmediatamente se convirtió en el país más afectado de Latinoamérica con más de 800 muertos y cerca de 16 mil casos confirmados.
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En las últimas horas, el gobierno brasileño confirmó las primeras seis muertes en Rocinha, la favela más grande de Río de Janeiro. Y en esas zonas, donde el combate del covid-19 se hace prácticamente imposible para las autoridades, debido a que están controladas por bandas narcotraficantes y policía paramilitar.
El complejo escenario de contagio en las favelas solo le deja un camino al presidente Jair Bolsonaro: El diálogo entre narcos y militares. En ese sentido, el ministro de salud, Luiz Henrique Mandetta, admitió que «la única forma de combatir el coronavirus es dialogando, sí, con el narcotráfico y con las milicias, porque ellos también son seres humanos y precisan colaborar, ayudar y participar».
“Tenemos que entender la cultura, la dinámica de las favelas. Tenemos que entender que son áreas donde el estado muchas veces está ausente, que quien manda allí es el narcotráfico, que quien manda allí son las milicias», agregó el ministro.
La preocupación por el contagio en las favelas se produce luego que medios brasileños divulgaran imágenes del escaso autocuidado que existía en dichos lugares. Transeúntes sin mascarillas y sin ninguna medida de precaución y comercio totalmente abierto, mientras la cuarentena apenas se cumple.