El 19 de abril de 2017 se realizaba el Censo en nuestro país y con él se detectó una construcción en Quilicura -donde presuntamente existía una fábrica-, con decenas de piezas, de cuatro a cinco metros cuadrados, que albergaban a cientos de inmigrantes.
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El lugar contaba con espacios muy reducidos y con graves deficiencias en los servicios básicos.
Un censista comentó esa jornada que «me habían asignado diez casas, pero cuando llego a este lugar me di cuenta que hay cerca de 50 piezas, donde viven puros extranjeros».
Bueno, este mismo lugar que salió en todos los medios de comunicación, vuelve a hacer noticia. Esta vez porque en su interior hay 33 ciudadanos haitianos con coronavirus y se está a la espera de los resultados de otros cien exámenes.
En una pieza tienen una cama, al frente la cocina, al lado de la lavadora. Un baño que debe ser compartido por decenas de personas y con una instalación eléctrica artesanal y peligrosa.
Es decir, las condiciones denunciadas con el Censo siguen siendo las mismas en la actualidad.