Un hombre de 62 años que debía estar en la cárcel hasta 2029 tras mandar a matar a dos mujeres, está en su casa cumpliendo prisión domiciliaria luego de optar al beneficio de la “salida” por el riego de contagio de covid-19 en el penal de Batán.
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Según indica La Capital, la Justicia de Mar del Plata determinó que el caso de Héctor Barroso “se ajustaba a las recomendaciones hechas a principio de mes por la Cámara de Casación y por la Suprema Corte en tiempos de coronavirus”.
Esto debido a la “buena conducta” del sujeto, que tiene patologías prexistentes, “es hipertenso y está en tratamiento”, y que ya recibía algunos beneficios carcelarios como las salidas transitorias.
Fue la esposa de Barroso la que “firmó el acuerdo para asumir el rol de tutora” y finalmente dejó la cárcel donde pasó los últimos 15 años. La Justicia señaló que había que controlar que cumpliera el arresto domiciliario por medio de videollamadas.
En 2004, el sujeto había protagonizado episodios de violencia machista, y salía regularmente de noche con prostitutas.
Una de ellas, Verónica Juárez, se transformó en su amante y Barroso le pidió a su amigo Juan Carlos Sánchez que la matara. La mujer estuvo varios meses desaparecida y encontraron el cuerpo en la casa de Sánchez en el fondo de un pozo ciego.
Los restos de Verónica “aparecieron” en febrero de 2005, cuando Barroso se encontraba detenido por el asesinato de Analía Fuschini, otra trabajadora sexual.
El sujeto fue condenado a 30 años y Sánchez a 28, sin embargo, le redujeron la pena a 25 años.