En una reunión con el presidente por temas animalistas, el veterinario Karen Dallakyan encaró nada menos que al propio presidente de Rusia, Vladimir Putin, a quien le narró la historia del cachorro de león que había salvado.
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Con video y todo, el profesional le narró el drama del animal, a quien un hombre la había fracturado las dos patas traseras para que el pequeño león no se moviera y los turistas pudieran sacarse selfies, por las cuales él cobraba.
El cachorro vivía en condiciones deplorables, mal alimentado, sin poder moverse y constantemente maltratado.
Simba, como era llamado, fue rescatado en un granero y luego que operado por Dallakyan y ahora trata de superar los graves daños que sufrió.
Reacción de Putin
Después de contar la historia y de mostrar videos, el veterinario, en tono desafiante, se dirigió a Putin y le dijo: «No vemos que haya ninguna investigación criminal abierta».
Fiel a su estilo, sin mostrar mayor impacto por el drama narrado, el mandatario ruso respondió: «Gracias, apunto lo que usted me ha dicho».
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Ese mismo día, se le informó a el veterinario que se había iniciado una investigación para encontrar a él o los culpables de los malos tratos al cachorro.