Hace un mes los medios mexicanos dieron cuenta de un brutal crimen: un arrendador no había recibido la paga por su departamento, fue a cobrar y se encontró con el cadáver del arrendatario, Álvaro Enrique Solís Matute de 45 años de edad, de nacionalidad hondureña.
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Los primeros peritajes del crimen ocurrido en Coahuila arrojaron que el cuerpo ya llevaba un tiempo ahí y que la causa de muerte fueron puñaladas en el pecho.
Solís vivía con su pareja, la cual había desaparecido. De inmediato, la policía rotuló a la mujer con la primera sospechosa del crimen.
Giro del caso
Pero la investigación tuvo un brutal giro, cuando la prensa mexicana aseguró que Solís tenía antecedentes de abusos infantiles. Es más, ya había sido denunciado por su anterior pareja, quien lo acusó de violar y embarazar a su hija con discapacidad intelectual en 2016.
Solis habría repetido esto y habría abusado y embarazado a la hija de su última pareja, quien en venganza lo habría asesinado.
Ahora la policía busca a la mujer, quien se encuentra desaparecida desde antes que se encontrar el cadáver de Solís.