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De acuerdo a lo que ha declarado Alexandre Despretz al sitio «El confidencial» de España, no ha inventado ni una sola palabra de lo aparecido en su libro «Las buenas excusas de los malos conductores», el que fue reeditado en Francia el año pasado, y es que Despretz ha trabajado en seguridad vial desde el año 2004, de hecho se ha vuelto conocido, tanto así, que hoy lo buscan para contar anécdotas sobre las pésimas excusas que pueden llegar a dar algunos conductores con tal de que no les cursen una infracción.
Abajo, las mejores frases que aparecen en su libro:
– «No puedo mantenerme de pie, pero da igual, conduzco sentado».
– «Buenos días, ¿ha bebido usted?», le preguntó el policía a un motorista. «No, nada más que un culín», le respondió este, a pesar de que era evidente que no podía mantenerse de pie, como así se lo hizo notar el agente de la ley. «Pero no pasa nada, ¡yo conduzco sentado!», fue su respuesta.
– Debido a que en Europa existe un sistema de pérdida de puntos por cada multa, un conductor le propuso lo siguiente: «¿Acepta el carnet de mi esposa? A mí no me quedan puntos»
– Un motoristas que iba hablando por celular respondió: «No estaba llamando a nadie, me estaban llamando a mí»
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– Un conductor que al parecer no estuvo atento: «Tengo la pierna gangrenada, por eso no puedo frenar»
– Para qué decir aquel que se pasó un semáforo: «No estaba rojo, estaba tricolor»
– Al parecer hay muchos que creen que por comer algo cocinado con licor quedarán ebrios: «Creo que he comido demasiado boeuf bourguignon»
– ¿Qué mejor que echarle la culpa al jefe por la multa obtenida? «Qué bien me viene, estaba llamando a mi jefe para que me comprase un manos libres»
– Hay veces que no se pueden hacer dos cosas al mismo tiempo: «Estaba ocupada conduciendo, no iba a mirar al suelo también»
– La honestidad ante todo: «Claro que he visto la luz roja, al que no he visto ha sido a ti»
– ¿Cuál es la mejor excusa que has dicho tú o que has escuchado?