La semana pasada se realizó la Cuarta Semana Mundial de las Naciones Unidas para la Seguridad Vial, instancia que permitió generar instancias de concientización para prevención de accidentes y conducción responsable.
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Entre estas instancias, hubo una que llamó la atención y la hizo la ANCAP, el programa de evaluación de autos nuevos para Australia y Nueva Zelanda. La idea era muy simple: comprobar la seguridad de dos modelos de diferentes años.
La prueba consistía en chocar de frente ambos modelos a una velocidad de 64 km/h para ver cómo resistían y se comportaban las máquinas, además de ver eventuales daños en los dummies o maniquíes.
Los autos elegidos fueron dos Toyota Corolla. Uno, de 1988, que fue calificado sin estrellas y con 0,4 de 16 puntos por poseer “fallas estructurales catastróficas”. El otro, de 2015, sacó 12,93 sobre 16 y cinco estrellas, gracias a su absorción de impacto y sus airbags.
Lo que ocurre es escalofriante.
La prueba, a juicio del CEO de la ANCAP, James Goodwin, trata de generar conciencia sobre el uso de autos antiguos. “Es lamentable que las personas más riesgosos, los jóvenes que carecen de experiencia y los ancianos que pueden ser frágiles, sean los que conduzcan los autos más peligrosos. Esperamos que esto promueva un debate para que todos tomen en cuenta la seguridad de sus vehículos”, declaró.
Mira cómo quedaron los dos Corolla.