Este fin de semana, el mundo motor está atento a una jornada doble espectacular con el Gran Premio de Mónaco de Fórmula Uno y las 500 millas de Indianapolis. En Estados Unidos, sin embargo, las miradas se concentrarán en lo que haga el español Fernando Alonso, quien se ausentará del principado para debutar en el mítico óvalo.
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El plan del asturiano, que no lo pasa bien con McLaren en la F1, es correr las 500 millas y, en 2018, participar en las 24 Horas de Le Mans, la tercera pata de la triple corona del automovilismo mundial, un triunfo que sólo se lo ha llevado un piloto en la historia y al que muchos han aspirado sin éxito. En este caso, Alonso es el nuevo contendor.
Ese único piloto que ostenta la conquista de las tres pruebas es el británico Graham Hill, quien entre 1963 y 1972 completó la triple corona. Hill, campeón de F1 en 1962 y 1968, ganó en Mónaco cinco veces entre 1963 y 1969, venció en Indianapolis en 1966 y celebró en Le Mans en 1972.
En la historia motor, seis pilotos han quedado cerca de la triple, ganando dos de tres pruebas.
El primero fue el italiano Tazio Nuvolari, uno de los grandes ídolos de entreguerras y la era pre-mundial de F1. Nuvolari ganó Mónaco en 1932 y Le Mans en 1933. En 1938, intentó clasificar en Indianapolis, pero no pudo. El piloto ganó 150 carreras en su trayectoria.
Ya en la época de los mundiales de Fórmula Uno, el primero en intentarlo fue el francés Maurice Trintignant. El galo también falló en Indianapolis, aunque, a diferencia de Nuvolari, nunca se presentó en Estados Unidos. Trintignant ganó Le Mans en 1954 y Mónaco en 1955 y 1958.
Durante los años 60, dos pilotos trataron. El primero fue Bruce McLaren. El neozelandés, tal como Trintignant, nunca corrió Indianapolis, pero ganó Mónaco en 1962 y Le Mans en 1966.
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Al año siguiente, la máxima prueba de resistencia la ganó el estadounidense A. J. Foyt, el único en ganar Le Mans e Indianapolis en el mismo año, 1967. Foyt no corrió en Mónaco y venció cuatro veces en el óvalo entre 1961 y 1977.
Después fue el turno del austriaco Jochen Rindt, el único que ganó dos pruebas y fue también campeón del mundo. Rindt venció en Le Mans en 1965 y se llevó Mónaco en 1970, mismo año en que fue el monarca de la F1 de forma póstuma, ya que murió en Italia esa campaña. El europeo sí corrió en Indianapolis, pero nunca quedó siquiera entre los 10 primeros en sus dos intentos.
El último que quedó a una victoria es Juan Pablo Montoya, que además es el único en actividad que puede emular a Hill. El colombiano ganó Indianapolis en 2000 y 2015 y se llevó la victoria en Mónaco en 2003. Sin embargo, Le Mans es esquivo, aunque en 2016 estuvo cerca de correr con Porsche.
Ahora, Alonso podría ser el séptimo, pero debe ganar en Indianapolis. Ya luce los triunfos de Mónaco en 2006 y 2007 y el óvalo es su próximo objetivo. Si no logra ganar, le quedará Le Mans, algo que pretende hacer en 2018 con Porsche, para entrar en una lista ilustre de pilotos que corrieron las tres pruebas, como Jim Clark, Mario Andretti y Jacques Villeneuve, entre otros.