El gobierno de Emmanuel Macron ha decidido marcar con fuerza su estilo de trabajo y el crecimiento sustentable es uno de sus pilares. En este marco se entiende la decisión de confirmar que en Francia no se venderán más autos bencineros y diesel para 2040.
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El ministro de Transición Energética de ese país, Nicolas Hulot, explicó que la decisión es parte de una serie de medidas que buscan, de aquí a 2050, la neutralidad de carbono en todo el territorio, subiendo así la apuesta inicial que pretendía reducirla a la cuarta parte.
Esto significa que las emisiones de carbono a producir en el país no debe superar lo que se pueda absorber. Asimismo, Francia “ha decidido prohibir todo nuevo proyecto de exploración y de explotación de petróleo, gas o carbón”, según Hulot.
El gobierno francés, para incentivar el cambio de autos convencionales y la renovación del parque, creará una prima de transición para personas de pocos medios.