Pablo Quintanilla hizo crecer su historia en el rally nacional y mundial. En el mismo lugar donde entró a los libros el año pasado, el porteño se exigió para revalidar el título y se consagró bicampeón del Mundial FIM de Cross Country.
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Le costó más que en 2016, especialmente porque Quintafondo estaba complicado con las penalizaciones en el rally de Marruecos, última parada del campeonato. Los 42 minutos de castigo impuestos por saltarse un río lo obligaron a cambiar la estrategia en el último día de pruebas y olvidarse de ganar la carrera para privilegiar el mundial.
Y lo logró. El séptimo lugar obtenido en el desierto marroquí le bastó al chileno, arriba de una Husqvarna, para batir en el campeonato a su principal peligro, el argentino Kevin Benavides (KTM), por tres puntos.
“Estoy más que feliz por el bicampeonato, fue una semana muy dura. Después del incidente en el río en la segunda etapa, la carrera se me puso muy difícil, sumándole a esto la decisión del jurado de devolverme el tiempo perdido ahí y luego quitándomelo. Pero nunca perdí el foco ni mi objetivo de ir por el campeonato, corrí de la misma manera desde el primer día hasta el último y estoy más que contento por mi rendimiento”, aseveró el chileno, primer latinoamericano en ser bicampeón y el segundo en revalidar un cetro tras el español Marc Coma, quien fue tricampeón consecutivamente entre 2005 y 2007.
“Este título desde el desierto africano se va de nuevo para Chile y es algo que realmente me llena de orgullo”, declaró Quintanilla, quien ahora cierra su periplo mundialero para pensar en un objetivo más ambicioso, el Dakar 2018, donde llegará como uno de los principales candidatos al título en la serie de motos.