La idea de “ponerse en el lugar del otro” fue llevada a un nivel más alto por parte de Ford, que, como forma de generar conciencia para la prevención del consumo de alcohol al manejar, se le ocurrió hacer que alguien sienta cómo es “andar con la caña”.
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Cierto es que es muy peligroso manejar en estado de ebriedad, pero también lo es conducir bajo los efectos de una resaca. Por eso, la marca hizo una investigación para determinar los principales inconvenientes después del consumo de alcohol. Los resultados los plasmó en el llamado “traje de resaca”.
Las conclusiones de Ford las recogió el instituto alemán Meyer-Hentschel, que confeccionó un traje que consta de lentes, gorro, audífonos, chaleco, muñequeras y tobilleras. Cada uno presenta un problema. Así, los lentes hacen ver borroso, el gorro crea dolores de cabeza, los audífonos emiten ruidos molestos y los demás accesorios tienen peso que afectan el equilibrio y la movilidad.
En el Reino Unido, un estudio que ayudó al trabajo de investigación de Ford aseguró que el 10% de las detenciones por manejar ebrio ocurren entre las 6 y las 8 de la mañana y que el peak de la resaca sucede a las 11 de la mañana. Todo esto afecta a elementos como la reacción o la movilidad.
“No hay cómo saber exactamente cuánto tiempo tarda una persona para quedar completamente sobria la mañana siguiente, pero es más de lo que muchos se imaginan”, explicó la representante del instituto de seguridad vial de Reino Unido Brake, Charli Brunning.