Scania piensa en el medioambiente y estuvo buscando la forma de retribuir y compensar por las emisiones de dióxido de carbono. Así, no halló nada mejor que la creación de un bosque en la zona central de Chile.
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Se llama Bosque Scania y fue presentado este mes por la marca sueca. Está ubicado en el rancho San Luis, en el sector de Pelequén, comuna de Malloa y es un trabajo conjunto de Scania y la ONG Cultiva, quienes, junto a la municipalidad, estarán en la administración del recinto.
La idea de Bosque Scania es muy simple: por cada camión o chasis Scania que se venda, la compañía plantará un árbol en su bosque. Según proyecciones de la marca, unas 1.500 unidades se esperan vender durante 2018, número que se será replicado con especies nativas como quillay, litre, maitén, quebracho, huingán, espino y boldo.
“Estamos liderando la transformación del transporte hacia uno mucho más amigable con el medioambiente. Nuestro programa de sustentabilidad es un compromiso que adquirimos responsablemente, que con acciones concretas estamos logrando capturar las emisiones de dióxido de carbono que nuestros productos generan”, aseguró el director general de Scania Chile, Sebastián Figueroa.
La compañía proyecta que, en unos 20 años, el Bosque Scania haya capturado 1.206 toneladas de dióxido de carbono, lo que equivale a unas 280 vueltas al mundo en un auto.
Chile es el primer país de Latinoamérica en activar el proyecto y es una de las medidas que Scania ha tomado para volverse más amigable con el medioambiente. La otra es el anuncio de terminar con la producción de máquinas que usen combustibles fósiles, hecho que debe cumplirse en 2050.