Con una cierta mezcla de preocupación y de optimismo, la Asociación de Aseguradores de Chile (AACH) ve cómo el mercado automotriz se comporta con el uso de seguros para los vehículos. Según el vicepresidente ejecutivo de la organización, Jorge Claude, aspectos culturales y de entendimiento llevan al no contrato de estos servicios cuando se compran autos usados.
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“En general, lo que vemos es que la gente que compra autos nuevos los saca casi siempre asegurados. Por otro lado, sí falta cultura en el caso de cuando alguien compra un auto usado, porque el comprador no siempre lo asegura voluntariamente”, expresa Claude.
“Más o menos un tercio de los autos que circulan en Chile están asegurados con un seguro voluntario, distinto al SOAP. Esto nos plantea un desafío como organización: ver cómo convencer a esa población de que comprar un auto implica una serie de otras decisiones y una de esas es mantenerlo seguro”, añade.
Claude insiste en el concepto cultural para justificar esta falta de decisión. “Hace diez años había un quinto de autos asegurados, ahora ya es un tercio. Esperemos que siga evolucionando positivamente. Aproximadamente, los seguros pagan unos 1.500 arreglos de autos al día. Es mucha gente la que ha vivido esa experiencia de sufrir un accidente y decir ‘estoy asegurado, no debo meterme la mano al bolsillo para pagar el arreglo’”, dice.
¿Cómo combatir esto? “Creando cultura. Ojalá mucha gente se convenza de que es mejor pagar un pago conocido mensual que uno tremendo por un accidente”, asegura Claude. “Es bueno que la gente vaya comprendiendo la importancia de esto para dormir tranquilo. Al final, después de la casa, el auto es el bien más importante de una familia”, complementa.
Desde la AACH ven también con atención cómo se desarrollan temas de transporte y movilidad urbana como Uber y los vehículos autónomos. En el primer caso, Claude asegura que “se está trabajando en un reglamento para empadronar los usuarios y eso debera ayudar a las compañías para evaluar el riesgo en su mérito y definir qué hacer y qué coberturas darán”.
En el segundo caso, aunque esté más lejos en el tiempo, presenta otras complejidades: “ése será otro mundo porque el gran problema será ver el responsable y qué tipo de accidente puede tener. Ahí, el tema es ver quién responde”, advierte el directivo.