El objetivo es bastante simple para la gente de Ford: hacer el Mustang Shelby GT500 más veloz de toda su historia. No se ve fácil, pero la fábrica ya tiene los aliados perfectos para conseguir el cumplimiento de la tarea.
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Esos aliados son los supercomputadores e impresoras 3D usados para la creación del modelo y que han asegurado entregar mejores prestaciones en un modelo que pronto estará rugiendo en las calles del mundo.
Los diseñadores e ingenieros de Ford funcionaron como un equipo de carrera virtual para probar miles de diseños digitales y físicos. Usaron herramientas de creación de prototipos digitales y tecnología de última generación, como parte de una misión para desarrollar un auto con el rendimiento más avanzado de todos los tiempos.
“Creamos y estudiamos distintas alternativas entre el equipo de ingenieros y probamos diferentes estrategias mucho antes de construir nuestro primer prototipo. Esto no solo mejora la efectividad de los diseños, sino que reduce el tiempo que tomó crear el GT500 y los costos asociados a éste”, aseguró el ingeniero Matt Titus.
Al acelerar el tiempo de desarrollo, los diseños más prometedores se lograron en apenas dos días y no meses, permitiéndole al equipo incrementar la fidelidad de rendimiento y refinamiento aerodinámico.
El nuevo Mustang entrega 760 caballos de fuerza y puede alcanzar los 96 km/h en solo tres segundos. Además, maximiza el enfriamiento en la parte delantera, lo que es fundamental para su rendimiento. Los objetivos de refrigeración de alto rendimiento son un factor clave para ayudar a garantizar una gestión del calor y una entrega de potencia constante durante sesiones prolongadas en la pista.