Las homologaciones son recomendaciones directas de un determinado fabricante de maquinaria, vehículos o camiones respecto del uso de una marca de lubricante determinado, a fin de utilizar los aceites o aditivos adecuados para el óptimo funcionamiento de los equipos.
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Ante eso, YPF posee homologaciones de los principales fabricantes a nivel mundial en su amplia gama de lubricantes, tanto en el área industrial como en el área automotriz.
Al utilizar un lubricante homologado de YPF, el usuario final se asegura de estar utilizando un producto de calidad, que está respaldado por el fabricante, determinando que su vida útil llegue al máximo.
“La diferencia que existe entre un producto de YPF que cumple una homologación determinada versus uno que no la posee, es el asegurar que, en el proceso de fabricación del mismo, se han aplicado los más altos estándares de calidad, lo cual da como resultado un producto fiel en su desempeño y capaz de soportar las más altas exigencias de lubricación presentes en un motor”, cuenta Álvaro Cruzat, gerente de Ventas de Lubricantes y Especialidades de YPF Chile.
La homologación tiene que ver no solo con la formulación específica, sino también con la planta que elabora el producto. Es decir, por ejemplo, si un producto cualquiera elaborado en una planta de Estados Unidos está homologado para ciertos modelos de vehículos, no necesariamente ese mismo producto, con el mismo nombre pero fabricado en otras instalaciones, estará igualmente homologado. En cambio, en el caso de YPF, todos los productos que comercializamos en Chile y que tienen homologación provienen de nuestra planta en Argentina y son los mismo que han sido homologados con las distintas OEMS (Original Equipment Manufacturer ó fabricante de equipo original).