Tacómetro

“Flying Doctor”, el consultor alemán para exprimir al máximo la potencia de los AMG

Kaufmann quiso aportar al conocimiento técnico de sus clientes de la línea más deportiva de Mercedes-Benz a través de una clínica con un experto.

Con una gran asistencia de clientes AMG, se llevó a cabo la actividad “Flying Doctor” en el país, la cual fue organizada por Kaufmann, representante oficial de Mercedes-Benz en Chile. En esta instancia, desarrollada entre los días 25 al 27 de septiembre, los propietarios AMG pudieron resolver sus dudas técnicas con el experto de la marca alemana, para aprovechar al máximo las capacidades de sus automóviles.

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Esta clínica “Flying Doctor” nace como una iniciativa de Kaufmann y Mercedes-Benz para entregar una asesoría automotriz premium a los usuarios chilenos de la marca. En esta ocasión, el encargado fue el ingeniero alemán y experto en los modelos Mercedes-AMG, Frank Ballweg, quien tiene más de 30 años de experiencia en la compañía germana, recorriendo gran parte del mundo ayudando a los clientes que cuentan con este tipo de modelos, resolviendo todas sus inquietudes.

“Para ser un experto en autos, normalmente necesitas mucha experiencia. Puede tomar 20 años, por lo que necesitas mucha práctica en reparar y diagnosticar el problema en los vehículos. Por lo que para ser un ‘Flying Doctor’ necesitas, primero que todo, ser un maestro en lo técnico. Además, tienes que saber mínimo otra lengua. Para construir tu experiencia necesitas realizar tu trabajo y aprender de él”, indica Ballweg.

A pesar de toda la experiencia que tiene Ballweg, el experto asegura que nunca deja de aprender y cada país se transforma en una experiencia diferente a la hora de interactuar con los clientes. “En este trabajo, todos los días es un desafío. Yo nunca sé que esperar, aquí tenemos clientes entre los 18 a 70 años de edad. La expectativa de cada cliente es diferente por lo que tengo que ajustarme para ver o sentir lo que el cliente quiere saber. Algunos desean conocer más del lado técnico, otros solo quieren hablar sobre los productos, por lo que nunca es lo mismo”, asegura el técnico.

Con respecto a su experiencia en Chile, el ingeniero alemán explica que normalmente los clientes de nuestro país son muy serios al principio, pero que a medida que va pasando el tiempo, logran soltarse a la hora de resolver sus dudas. “Al principio es muy difícil, pero después encuentro la forma de sacarle la primera sonrisa al cliente, y ahí se vuelven completamente diferentes. La gente tiene que sentir que tú amas este trabajo”, concluye.

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