Tacómetro

Así ha sido el largo camino de Ford en electromovilidad

Para llegar al Mustang Mach-E, la marca del óvalo ha recorrido un trecho que se remonta, sorpresivamente, a los inicios del siglo XX.

Si bien Ford ha llamado mucho la atención últimamente con la versión del Mustang Mach-E, esta práctica no es ninguna novedad para la marca ya que ha trabajado con vehículos eléctricos durante la mayor parte de su existencia.

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El fundador de la compañía, Henry Ford, trabajó y experimentó con al menos dos vehículos eléctricos alrededor de 1913 junto a Thomas Edison. Ford buscaba crear un tipo mejorado en cuanto a batería y trabajó en un modelo eléctrico de bajo costo, un prototipo con piezas del Modelo T que nunca se terminó. Irónicamente, fue el éxito del T más económico, impulsado por gasolina, lanzado en 1908, lo que dificultó la competencia de los vehículos eléctricos en ese momento.

Las condiciones mejoradas de las carreteras, el petróleo barato y la tecnología de batería limitada también ayudaron a mantener los automóviles eléctricos fuera de la carretera en las próximas décadas. Sin embargo, a fines de la década de 1960, la escasez de petróleo y las preocupaciones ambientales renovaron el interés en estos vehículos.

En 1967, los investigadores de Ford desarrollaron el Commute, un subcompacto prototipo experimental totalmente eléctrico alimentado por cuatro baterías de plomo-ácido y tenía un rango de carga completa de 64 kilómetros y una velocidad máxima de solo 40 km/h. El automóvil urbano de poco más de dos metros de largo nunca se llevó a cabo.

A fines de la década de 1980, Ford desarrolló otro vehículo de investigación eléctrica en asociación con el Departamento de Energía de Estados Unidos. Fue el ETX-II, un Aerostar totalmente eléctrico, tenía una velocidad máxima de 100 km/h y un alcance de 160 kilómetros, funcionaba primero con una batería de plomo ácido y luego se cambió por una de batería de sodio y azufre.

En los años 90, vinieron los experimentos de Connect en 1991 y de Ecostar en 1993. De hecho, la Ecostar hizo una prueba de más de 1,6 millones de kilómetros en ciudades de todo el mundo, pero el costo de 45.000 dólares de su batería de sodio y azufre hizo imposible la producción. Más tarde fue el momento de una versión eléctrica de Ranger, que fue el primer auto de producción electrificada vendido en Estados Unidos.

El cambio a híbridos vino en el nuevo siglo. En 2004, Ford lanzó su primer modelo de producción de esta tecnología, el Escape Hybrid, que fue el primer SUV híbrido del mundo y el primero producido por un fabricante norteamericano. Fue un éxito: ganó el Utilitario del Año en Estados Unidos y funcionó como taxi en Nueva York. Este Escape híbrido se expandirá, en 2020, a una opción enchufable.

Todo este camino desembocó en el Mustang Mach-E eléctrico, lanzado en Los Ángeles y cuyas reservas se agotaron rápidamente, mientras que otras versiones, como Premium y GT, todavía están disponibles para los clientes estadounidenses y europeos. Así, después de más de 100 años de trabajo, finalmente Ford llegó a la electromovilidad.

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