Si hay algo que caracteriza a Audi durante estos últimos años es quattro. Su tracción a las cuatro ruedas ha sido emblema de la marca alemana desde que, en 1980, vio la luz. Desde ese momento, todo ha sido historia.
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En el Salón de Ginebra de ese año, Audi presentó este sistema de tracción que revolucionó de inmediato, gracias a sus bondades: liviano, compacto, eficiente y libre de tensión. Ideal para autos deportivos y de producción de alto volumen.
Hasta 1991 se mantuvo como estándar los 147 kW del quattro original. Desde su aparición hasta ahora, quattro ha tenido varios cambios en su composición, siendo la última la incorporación de la tecnología Ultra, que se agregó a la gama en 2016.
Y como quattro era ideal para deportivos, Audi lo puso en práctica en 1981 para dominar el rally mundial. Lo hizo en 1982, con el campeonato de productores, en 1983 con el título de pilotos del finlandés Hannu Mikkola, y en 1984 se quedó con ambas categorías, gracias al sueco Stig Blomqvist. Además, sumó victorias en la serie IMSA GTO de turismo, el DTM alemán, Le Mans y el mundial de resistencia, entre otros torneos.
A nivel de cifras, quattro ha significado para Audi producir desde 1980 más de 10 millones de autos con esta tecnología. Casi el 45% de la gama alemana hecha en 2019 contó con el sistema, que está presente en todos los modelos, exceptuando el A1.
Para más adelante, Audi espera presentar su nueva mejora de quattro, que estará presente en los prototipos e-tron S e e-tron S Sportback. En estos modelos, quattro será acompañado por una vectorización electrónica de torque, que involucra la distribución de poder entre las ruedas y que sólo toma milisegundos para permitir que el auto sea manejado como un deportivo.