Un 28 de marzo, pero de 2010, el grupo chino Geely Holding dio un golpe al mercado al adquirir Volvo Cars. De eso han pasado diez años y la unión se mantiene viento en popa y con varios proyectos en carpeta.
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En esta década, la marca de origen sueco ha dado un fuerte salto, cambiando de una empresa puramente europea para transformarse en un actor verdaderamente global y fuerte en el mercado de automóviles premium, acumulando ventas, ingresos y ganancias récord en el camino.
“Renovamos completamente nuestra cartera de productos, establecimos una presencia global, casi duplicamos nuestras ventas y pasamos de un punto de equilibrio a uno rentable. En el futuro, continuaremos haciendo crecer nuestro negocio junto con Geely”, expresó el director ejecutivo de Volvo Cars, Hakan Samuelsson.
Ahora, la tarea es lograr que Volvo Cars se posicione en la vanguardia en electrificación, conducción autónoma y nuevos modelos de movilidad, mientras forja una cooperación cada vez más estrecha con sus marcas hermanas bajo el paraguas de Geely.
La proyección es que, en 2025, la mitad del volument global de ventas de Volvo Cars sea de autos totalmente eléctrificados, con el resto de híbridos. Estos autos serán parte de una nueva generación de Volvo basada en SPA2, el sucesor de su exitosa arquitectura de vehículos modulares.
