“Mejorar el comportamiento de los vientos en vehículos rectangulares, por medio de la aerodinámica”, fue el objetivo de Rodrigo Riveros Salazar, ingeniero civil aeroespacial de la Universidad de Concepción, creador del accesorio Smart Wings, quien utilizó sus conocimientos en mecánica de fluidos y aerodinámica, asegurando -según sus estudios- que es posible ahorrar hasta 1,3 millones de pesos en vehículos de transporte de alto tonelaje y cuyo proyecto fue financiado por el programa “Semilla Expande” de Corfo.
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Se trata de pequeños triángulos aerodinámicos, de no más de 10 centímetros en promedio, que deben instalarse en la zona trasera del vehículo de carga. Según Riveros, es la tecnología que está utilizando la aeronáutica ahora para aplicarla a los camiones y al transporte interurbano de pasajeros. Sin embargo, la mayoría de los estudios no se enfocaban en la parte posterior de camiones o buses, lugar donde mayor cantidad de turbulencia se provoca, señala el profesional.
“La industria del transporte, tanto de pasajeros como de carga, resulta altamente ineficiente en cuanto a la aerodinámica. Ahí nació este prototipo”, dice Riveros, quien además explica que la aerodinámica de los camiones se ataca en distintos puntos, “pero ninguna estaba concentrada en mejorar la parte trasera y su beneficio al comportamiento de los vehículos”.
En este sentido, el creador de Smart Wings, explica que la industria de los contenedores de carga busca optimizar el espacio útil del vehículo, generando estas formas cuadradas o rectangulares. “Por ello, lo que impulsamos nosotros es atacar esta forma cuadrada desde fuera para mejorar el rendimiento”.
Dentro de los análisis numéricos, con 45 de estos triángulos en la zona trasera se logra entre un 10 y 11 por ciento de ahorro, en la velocidad para la que están diseñados, que es 90 km/h. Al compararlo montado en un camión real y analizando el consumo de combustible efectivo del vehículo, se logra un 3,4 por ciento de ahorro de combustible. Riveros señala que se debe a que “el vehículo finalmente no pasa el 100 por ciento de su operación dentro de los 90 km/h, sino que solamente pasa un tramo de la operación a esa velocidad. El resto del tiempo el vehículo está estacionado pero encendido, lo que gasta combustible, se mueve dentro de la ciudad o lo están descargando, entre otros diversos factores”.
Otro aspecto que recalca Rodrigo Riveros es la misma conducción de los pilotos. “Hay unos más eficientes que otros. Por lo tanto, este accesorio en promedio ahorra un 3,4 por ciento de combustible en la operación total del vehículo. El óptimo de eficiencia lo alcanza dentro de los 70 a 90 km/hora. En ese rango es donde efectivamente está funcionando el producto”, detalla.
Con este accesorio, el gasto de combustible disminuye a lo largo del año. “Independiente de la persona que conduzca el vehículo, es un accesorio pasivo. Por lo tanto, disminuye siempre el consumo de combustible, a las velocidades correspondientes. Además, tiene una ventaja ambiental, ya que al consumir menos combustible emite menos gases de Efecto Invernadero y también disminuye la huella de carbono de la empresa, al disminuir el dióxido de carbono que se genera en la gestión de transporte” recalca el profesional, agregando que “si se incorporan las distintas alternativas que existen en el mercado para generar ahorro en los vehículos de transporte de carga o pasajeros, se podría obtener un ahorro mayor”. Riveros concluye que “no se debe elegir una por sobre otra, sino que se pueden complementar”.
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