Las principales causales de rechazo de las motocicletas en las plantas de revisión técnica (PRT) obedecen a motivos fácilmente evitables. Así lo plantea el workshop manager de Indian Motorcycle Chile, Rodrigo Fano.
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Según lo establece el Manual de Procedimientos e Interpretación de Resultados del Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones, los vehículos de dos ruedas pasan por cuatro estaciones: identificación; inspección visual; luces, y emisiones de gases.
1.- La primera exigencia es presentar el documento impreso de la última revisión técnica, sin importar si está vigente, o bien el certificado de homologación individual, también en formato físico.
Si no existe el primero, basta con llevar un certificado de anotaciones vigentes y firmar una declaración jurada. Ante la ausencia del segundo, es preciso obtener una fotocopia en el concesionario o la municipalidad donde se pagó el permiso de circulación más reciente.
2.- Según Rodrigo Fano, la fase de inspección visual es una de las que generan más inconvenientes por defectos considerados como “graves” por la autoridad, dado que “revisten un peligro para la circulación vial”.
“Es muy común que las motos sean rechazadas por la ausencia de elementos reflectantes en ambos costados, que deben ser ámbar (amarillos) en el eje delantero y rojos en la zona trasera”, detalla el experto.
3.- El workshop manager de Indian Motorcycle Chile recalca que otro motivo recurrente de desaprobación es la inexistencia de un sistema que encienda la luz delantera cuando se le da arranque al motor.
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“Muchas motos homologadas conservan un interruptor para encender y apagar el foco principal, lo cual es una causal inapelable de desaprobación”, explica.
Del mismo modo, en la PRT se chequea todo el sistema de iluminación, desde el faro mayor hasta las ampolletas de posición, freno y señalización, así como las micas que pudiesen cubrirlas.
4.- Muchos conductores quitan los apoyapiés traseros, las asas de sujeción para el pasajero o los retrovisores, todo lo cual también está prohibido.
“Hay modelos que usan un asiento individual, en cuyo caso es recomendable retirar los pedalines del acompañante para evitar malinterpretaciones”, añade Fano.
5.- En la etapa de inspección visual también se examina que los espejos no estén quebrados, que el asiento esté firme en su posición y que tanto el múltiple como el tubo de escape (silenciador) estén sujetos a la estructura, no presenten roturas ni fugas.
6.- La patente es otro factor de permanentes confusiones, subraya el experto de Indian Motorcycle Chile. De no contar con la placa única trasera más reciente, es preciso tener instaladas la delantera y la posterior.
“Independiente de si la moto lleva una o dos, cada matrícula debe estar fija a la estructura, sus caracteres deben ser legibles e, idealmente, ser fácilmente visible (y no estar escondida) si alguien observa el vehículo desde el frente o la zona trasera, según sea el caso”, afirma.
7.- Las llantas y los rayos también deben estar en óptimas condiciones, mientras que la profundidad de los surcos de los neumáticos no debe ser menor a 1,6 milímetros.
“Las PRT hacen seis mediciones con una herramienta llamada profundímetro para verificar el desgaste de las cubiertas. Para aprobar, al menos tres de ellas deben ser iguales o superiores a la magnitud de referencia”, comenta Fano.
La prueba final es el análisis de gases, en que una sonda registra que las emisiones de hidrocarburos (HC) no superen las 100 partes por millón (ppm) y el monóxido de carbono (CO) esté por debajo del 4,5%.
“Hay aspectos esenciales que la revisión técnica no evalúa, como el estado de los frenos, la suspensión, la presencia de humo o las filtraciones de fluidos. Mantener la moto en buenas condiciones no solo permite sortear exitosamente este trámite, sino que garantiza un andar seguro y redunda en una mayor vida útil para el vehículo”, concluye el especialista.