Javier Margas
Le pasó la administración de sus empresas a sus hijos. “Fue una jubilación anticipada y yo me quedo con un negocio para entretenerme”, contó.
Luego de comprar 270 de los 517 lotes en el remate del emblemático edificio viñamarino. Se llevó sillones Reina Ana y los de César Antonio Santis.