Un estudio realizado por el doctor inglés Andrew Newberg comprobó que el cerebro de las personas religiosas puede producir una mayor actividad neuronal que el de quienes no lo son.
Según informa el sitio Daily Mail, el científico, quien midió a través de escáneres cerebrales la actividad de monjes tibetanos, la actividad se incrementa durante sesiones de rezo.
Newberg descubrió que durante la meditación, el lóbulo frontal – responsable del nivel de concentración de las personas – generó mayor actividad. El doctor atribuye este comportamiento a los efectos que genera en la persona sus experiencia con la religión que practica.
Hace sólo un mes, otro estudio de la Universidad de Oregon señala que las personas que meditan pueden fortalecer su cerebro. Un grupo de personas que nunca había rezado participó en sesiones de meditación de entrenamiento cerebral durante media hora de lunes a viernes durante un mes.
Los escáneres cerebrales revelaron que las conexiones cerebrales comenzó a fortalecerse después de seis horas.
