¿Qué hacer si te pillas el dedo con una puerta o te das un golpe en la rodilla con el pico de la mesa? Según un estudio del University College de Londres, liderado por el investigador italiano Giandomenico Ianetti, lo mejor en estas ocasiones es cruzarse de brazos.
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El experimento ha sido realizado sobre un grupo de ocho personas a quienes se les imprimía un breve estímulo doloroso con un láser durante 4 milisegundos en las manos. La operación fue realizada dos veces, con las manos en posición normal y con los brazos cruzados.
Los participantes en el estudio declaraban haber percibido un dolor menos intenso en la segunda ocasión, cuando sus manos estaban en posición horizontal sore la línea imaginaria que corta el cuerpo en dos.
Y no se trataba sólo de una sensación subjetiva, quizás influida por los investigadores. Los datos revelados gracias al electroencefalograma confirmaban que la intensidad de la respuesta cerebral al estímulo doloroso era inferior si los brazos estaban cruzados. «Se trata de una pequeña reducción del dolor de casi el 3%», puntualiza Ianetti.
¿Por qué motivo la intensidad del dolor varía en base a cómo se tengan colocados los brazos? El origen sería una serie de confusiones creadas en el cerebro en el momento en el que se cruzan las manos.
«Normalmente usamos la mano izquierda para tocar y agarrar objetos que están a nuestra izquierda y lo mismo con la derecha. Las áreas del cerebro que contienen los mapas de una cierta parte del cuerpo son activados juntos, llevando a cabo, de este modo, una elaboración más eficaz de los estímulos sensoriales. Cruzando los brazos esto no ocurre, porque es como si se desalinearan las áreas del cerebro y sedebilitase la percepciónde varios estímulos, entre ellos, el dolor», conlcuye el investigador italiano.