Hay una idea muy extendida que dice que los gatos no son muy amigos del agua. Esta creencia es cierta, pero a medias. Porque si acostumbras al gato desde pequeño al agua, disfrutará mucho de un buen baño.
Como en otras actividades, el gato puede aprender a bañarse, pero este aprendizaje debe ser realizado en la etapa de socialización del cachorro. Es decir, entre el primer y segundo mes de vida, cuando es receptivo a todas las enseñanzas de manejo social que queramos impartirles. De hecho, el baño es una actividad que refuerza la relación social entre el gatito y su dueño, junto con el cepillado, las caricias y los juegos.
Si estás incrédulo, te contamos que muchos gatos no sólo juegan con el agua, sino que además se mojan solos. Como los gatos de la raza Turco Van. Y es que el alimento natural de esta raza turca son los peces que pueden capturar en el río Van. Es decir, el mismo mecanismo utilizado por el jaguar, que tiene en los animales acuáticos la mayor parte de su dieta.
Entonces, bañar al gato puede ser una actividad placentera para él y para ti, sólo debes acostumbrarlo y seguir los siguientes pasos.
Antes de empezar, es conveniente hablarle y acariciarlo para calmar su ansiedad natural. El ambiente debe ser tranquilo y, si es posible, debe ser la misma persona la que bañe al gato siempre. El baño lo puedes realizar en cualquier tina o lavamanos de la casa. Lo único imprescindible es que el gato quepa y que el agua esté tibia, ni demasiado fría, ni demasiado caliente, a unos 30 grados.
Otra cosa es que debes tenerlo todo preparado y a mano: champú, toalla, secador. Además, debes usar un champú específico para gatos, no cualquiera de los nuestros. Y una vez que estés preparado, comienza mojando al gato poco a poco, al principio con la mano o con la ayuda de alguna esponja suave, pero nunca con el chorro de la ducha directamente.
El baño se hace acariciándolo de una forma suave, enjabonando a tu gato durante unos cinco minutos. Luego aclara el cuerpo del animal con abundante agua para que no queden restos del jabón. Y finalmente, a secarlo.
Nunca hay que dejar húmedo a un gato a no ser que sea verano y la temperatura lo permita. Para secar el pelo es conveniente comenzar con una toalla para sacar la mayor cantidad de agua y luego seguir con un secador de aire caliente. Nunca utilices un secador el primer día que bañes al gato pues les molesta mucho el ruido, y nunca más querría volver a bañarse. Lo recomendable en los baños posteriores es usar algún secador de bajo ruido y encenderlo unos minutos antes de utilizarlo para que el gato se habitúe al ruido.
Finalmente, lo peinaremos poco a poco y ya está. Como ves bañar al gato puede ser una actividad placentera para él y para ti, sólo debes acostumbrar al felino a dicho procedimiento y seguir estos sencillos pasos que te hemos presentado.