En la ciudad austriaca de Linz se llevó a cabo hace diez años un proyecto para frenar la superpoblación de palomas, problema común de varias otras capitales y lugares del planeta. El método consistió en mezclar pastillas de control de la natalidad con los alimentos que la municipalidad les da en ciertas zonas de la ciudad.
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Según detalla Infobae, gracias a esta píldora fabricada en Alemania, se logró el objetivo de reducir considerablemente la población, pero sin producirles daño alguno. De hecho redujeron el número de aves de 20 mil a 9 mil.
El complemento de la medida fue el lanzamiento de una campaña publicitaria destinada a evitar que los habitantes de la ciudad alimenten a las palomas. Al no recibir más comida de la gente, las aves tendrán que dedicar más tiempo a buscar alimento, por lo que les quedará menos tiempo libre para reproducirse.