Un columnista del periódico “The Australian Daily Mail” y un pescador aficionado captaron esta escena a unos 50 kilómetros al sur de las costas australianas, informa el portal RT Actualidad.
El calamar medía 3 metros, todavía conservaba el color rojo de la piel y murió poco antes de ser hallado por el tiburón, según McGlashan.