La revista Journal of Retailing publicó un estudio realizado por científicos de la Universidad Estatal de Washinton el cual estable que los aromas sencillos y agradables incitan a las personas a comprar de manera cumpulsiva.
Para realizar el estudio crearon una fragancia de naranja, muy simple, y otra con naranja, albahaca y té verde. Con ello rociaron dos tiendas y, curiosamente, las ventas se veían incrementadas notablemente en la tienda rociada con naranja. Éstos resultados revelan que los olores más sencillos, son los que hacen que compremos compulsivamente.
Ésta reacción se debe a que los olores simples y sencillos, son más efectivos a la hora de liberar la mente y dejar que la persona se centre en lo que está haciendo, en este caso, comprar.
Pero el tema de los olores no se reduce al campo de las compras, sino que va más allá. Los investigadores han demostrado que varios alumnos de una universidad, separados en distintas clases y con distintos olores, resolvían diferente número de problemas y en diferente tiempo. Los que se encontraban en habitaciones con un olor sencillo, resolvían más ejercicios y en menos tiempo que el otro grupo.
Aunque los especialistas advierten que un olor agradable no es necesariamente un olor eficaz.
