Nutricionista devela el “desayuno inteligente” para niños en época escolar

Cuando ya quedan atrás las vacaciones y tanto niños como sus padres comienzan un nuevo año escolar, es fundamental iniciarlo con una buena alimentación.

Por ello el desayuno es un tiempo de comida que debe incorporarse a partir de los 2 años edad en la que se complementa la fórmula láctea de la mañana (mamadera) que toma habitualmente un niño.

Según explica Evelyn Muñoz, académica de la Escuela de Nutrición y Dietética de la U. Andrés Bello, el desayuno debe servirse antes de las 10 de la mañana y en la época escolar antes de irse al colegio. “Se debe hacer en un lugar tranquilo, en familia, bien sentado, con un tiempo mínimo para su consumo de 20 minutos y sin distracciones como juguetes, juegos o televisión. Nunca omitirlo”, subraya.

La nutricionista destaca que los padres deben preocuparse de que los horarios de alimentación sean momentos agradables, de comunicación familiar y en los cuales ellos a través del ejemplo inculquen a sus hijos buenos hábitos alimentarios. “Nunca utilizar los alimentos como método de premio o castigo”, dice.

El desayuno saludable

Para Evelyn Muñoz un desayuno saludable e inteligente debe cubrir alrededor del 25% de las necesidades energéticas de un niño y entregar los nutrientes necesarios para que el pequeño logre un buen desempeño escolar, desarrollar adecuadamente las actividades necesarias durante la mañana y un óptimo crecimiento y desarrollo.

La experta explica que la primera comida de la mañana debe incorporar tres tipos de alimentos: lácteos, cereales y frutas.

– Lácteos: 1 taza de leche, cultivada o yogur. Estos deben ser de preferencia descremados y sin adición de azúcar.

– Cereales: 3/4 taza de cereales para el desayuno (idealmente integrales y sin azúcar) o 1/2 taza de avena o 1/2 pan hallulla/marraqueta u 8 galletas soda/agua (preferir integrales). Para acompañar pan o galletas: palta, jamón de pavo, quesillo o mermelada sin azúcar.

– Frutas: Jugo preparado de fruta natural, con cáscara si se puede, y sin azúcar (cuidar que el vaso contenga 1 fruta aproximadamente) o fruta natural entera o picada.

Se puede complementar con frutos secos como nueces y almendras.

Finalmente, la académica de la U. Andrés Bello recomienda evitar en el desayuno el café y té, pasteles, galletas y dulces, los  snacks dulces y salados, el pan en exceso, los lácteos enteros y azucarados, las bebidas gaseosas, jugos en polvo y néctares con azúcar.

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