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Durante mucho tiempo, expertos han vinculado la actividad sexual regular con mayor bienestar emocional, menor cantidad de migrañas y una reducción en las probabilidades de padecer cáncer de próstata.
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Éstos son sólo algunos de los miles de beneficios que brinda una vida sexual activa:
Un estudio realizado en la Universidad de Quebec reveló que 30 minutos de actividad sexual podrían ser más eficaces para ejercitar los pulmones y el corazón que una caminata. En estas sesiones, los hombres queman -en promedio- 100 calorías y las mujeres, 69.
Científicos de la Universidad de Maryland descubrieron que el coito acelera la neurogénesis, un proceso que repara al cerebro. Particularmente, notaron una mejoría en el hipocampo, la zona donde guardamos los recuerdos.
Además, expertos del Hospital Spire Bushey, de Londres, afirman que una vida sexual activa fortalece los músculos pélvicos de las mujeres y reduce el riesgo de sufrir incontinencia (a partir de los 40 años) o un prolapso uterino (a partir de los 50).
La Universidad de Nottingham demostró que los hombres mayores de 50 años, con una vida sexual plena tenían menos probabilidades de padecer cáncer de próstata. Otro estudio del Instituto Nacional de Cáncer, en EE.UU. comprobó este hallazgo, al revelar que los hombres con mayor cantidad de orgasmos tenían menos riesgo de padecer este tipo de cáncer.
La revista académica Archives of Sexual Behaviour publicó un artículo que explicaba cómo las mujeres jóvenes con poca actividad sexual tenían mayor riesgo de depresión.
Finalmente, especialistas de la Universidad de Escocia del Oeste aseguran que el coito eleva la cantidad de sangre que llega al cerebro, lo que ayuda a reducir y prevenir la migraña.
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