10 razones que prueban que ser joven en los 90 era mejor que serlo ahora

En este artículo no adolecemos de los avances tecnológicos, que indudablemente han hecho de nuestra vida algo más fácil que la que tenían nuestros padres o antepasados.   Pero con esta galería se sentirán viejos. Y seguramente añorarán y nos darán la razón en algo :Todo tiempo pasado fue mejor.

1. Los dibujos animados:

Hoy por hoy, cosas tan surreales y adultas como ‘Hora de Aventura’, o completamente tontas como ‘Monster High’ ocupan las mentes infantiles y las franjas principales en canales como Nickelodeon y Cartoon Network, que ya no son lo que eran. Nosotros crecimos con Gokú, Saint Seiya, Rocko, Dexter y Vaca y Pollito. Las primeras series no les llegan ni a los talones a toda la animación japonesa que vimos en canales como Magic Kids, Canal Cinco o Locomotion, ni mucho menos superan el elemento tan ácido que tenían las primeras series de Cartoon Network.

2. Los ídolos por quienes moríamos:

Vale, que los Backstreet Boys y Justin Timberlake (cuando era ñoño y se vestía mal), puede que sean iguales a Demi Lovato y a Selena Gómez. Pero en nuestra época se dieron los últimos grandes fenómenos del rock. Kurt Cobain, Pearl Jam. El britpop. El hardcore, con KoRn. En la electrónica Daft Punk comenzaba con su gloria (sí, antes de que ustedes tararearan como bobos ‘Get Lucky’) y Björk andaba por ahí. Madonna tenía pop conceptual y suspirábamos por Trent Reznor. ¿Qué hay ahora? Los más indies son “raros” y tienen que estar con gente como Foals, o Bruno Mars, si son más comerciales. Hay sobredosis de regaetón y gente como Justin Bieber es famosa.   Y solo por eso…

3. El rock en español estaba en auge

Sí, niños. No todo era Belinda, Zoé, Babasónicos. Ellos son buenos, pero no causaban verdadera histeria ni cambiaban generaciones. Nosotros vivimos las grandes épocas de Café Tacvba, Héroes del Silencio, Aterciopelados y Soda Estéreo. La gente llenaba estadios con ellos. La gente moría por ellos. Y sus letras y videos iban más allá de ambientes hipsterizados urbanos y sofisticados, que encierran simples cancioncitas de amor.¿Qué era mejor que ver a Bunbury con pantalones de cuero, tarareando el himno de todo mamerto iniciado, ‘La Chispa Adecuada’, en un ambiente surreal? ¿O ver a Gustavo Cerati con su oscuridad en ‘La ciudad de la furia’?

4. Nosotros sí sabemos qué era salir a jugar

Tal y como ustedes, nosotros somos adictos al Smartphone, pero al contrario que ustedes, supimos qué era jugar en verdad. No, Candy Crush no cuenta. Nosotros jugábamos con otros niños, vecinos, amigos, en el patio del colegio, cosas como canicas, escondidas chinas, chicle y golosa. Sabíamos que el balón era un objeto que no solo le mandaban comprar a los papás para clase de educación física. Puede que hoy por hoy pocos seamos unos duros en Halo, pero por lo menos nos movíamos. Por lo menos.

5.  Nuestros ídolos eran vergonzosos. Pero eran nuestros

Las niñas murieron con los argentinitos de Parchís y con René y Reny, la dupla estrella de Salserín. Puede que hoy se vean como vergonzosos, pero hay que darles crédito: Eran tan latinoamericanos y se arriesgaron a mostrarse con todo y sus canciones y looks raros, que igual así, los adoraron. Hoy por hoy está la sofisticada Violeta, ‘La Chica Vampiro’ y los ‘rockeros’ de esa serie de E! que no ve nadie. Todos tan sofisticados, tan copia de Disney. Sin chispa. Sin vida. Sin hacer el ridículo y con pasión, como lo que hacían Servando y Florentino.

6.  Las series no eran tan rosaditas

‘Verano Eterno’, ‘Agujetas de color de Rosa’ y ‘Francisco el Matemático’ hacen quedar a cualquier dramatizado latino de hoy como ‘Mi Pequeño Pony’ (sí, les hablamos a ustedes, tipos de ‘Cumbia Ninja’). Sus problemas eran crudos, honestos y reales. Reflejaban lo que vivíamos en nuestros colegios, barrios y casas.   Ahora bien, si hablamos de comedia y otros géneros, las series de Disney, todas tan correctas, con esas tontas risas pregrabadas, no tenían nada que hacer contra cosas como ‘Sabrina, la bruja adolescente’, o ‘Kenan y Kel’. En terror nadie superaba a ‘Buffy la cazavampiros’ y a ‘Angel’.   Sí, al diablo ‘Crepúsculo’.

7. Nosotros nos arriesgamos a hacer el ridículo por convicción

Y con eso nos referimos a que nuestras modas iban por el todo. Nos vestimos de piñatas cuando llegó la onda ‘Candy Kid’, por ejemplo, y muchos quisieron explorar su camino de la imagen y de la vida por las tribus urbanas, como el metal, el punk y el hardcore. Tenían 13, se pintaban la boca de negro, tenían la franela de Metallica y usaban pulseras de taches. Porque lo creían. Hoy ¿qué hay de nuevo?

8. Nosotros sí supimos qué era ser castigados

A diferencia de sus permisivos padres, los de nosotros sí tenían efectos reales con la disciplina, ni temieron ‘traumatizarnos’ si nos castigaban por sacar malas notas en el colegio o comportarnos como unos cretinos. Supimos qué era ser golpeados con la correa o quizás ver cómo nuestro Tamagotchi quedaba confiscado hasta nueva orden. Temíamos lo que diría nuestro padre si veía nuestra libreta de notas.   Por eso algunos no fuimos tan precoces, y sí, nos vestían como niños aún.

9. MTV no era un asco

Antes de que llegasen bodrios como Next! y todas las versiones de Jersey Shore, nosotros crecimos con verdaderos referentes de la cultura pop. Primero, veíamos videos de clásicos del rock y del pop (recuerden que también teníamos buena música). Segundo, teníamos joyas como ‘Daria’, ‘Celebrity Deathmatch’ y   ‘Ren y Stimpy’, en nuestro televisor. Hoy nos tenemos que conformar con basura de telerrealidad. Y eso que muchos nos soportamos ‘The Real World’.

10.Sabemos que hay vida sin internet

Sí, hola. Nosotros tuvimos que hacer largas llamadas por teléfono fijo, esa cosa que hay en casa y la que es necesaria para hablar. Pusimos ridículos nombres a nuestro primer mail por novedad y por vernos “rebeldes”. Tuvimos que ir a la biblioteca a buscar la tarea y pasar largas horas allí. Quizás esto no nos haga tan inteligentes y precoces como ustedes, pero sí nos dio más idea del mundo.

 

 

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