Luke Gibbons, a diferencia de muchas personas de su edad (29 años), es virgen y no ha tenido novia por una razón muy particular: la adicción al porno destruyó su vida.
Comenzó a los 11 años con las revistas de su padre y luego se aficionó a ver escenas de sexo en la televisión, tarde y noche. Al llegar Internet a su casa, su curiosidad pasó a ser una adicción.
“Mentía a la gente de lo que hacía en mi tiempo libre. Me quedaba despierto toda la noche e iba a trabajar solo con una hora de sueño, lo que afectaba mi productividad y mi vida. Hubo momentos en que no salía porque no me daba cuenta de que pasaba el día viendo porno, o decía ‘solo veré una cosa antes de irme"”, afirmó Gibbons en un documental de la cadena americana ABC que hablará de la pornografía y la sexualidad.
Luke es cristiano, y se sintió avergonzado por su adicción. Eso lo llevó a un centro de rehabilitación. Allí se dio cuenta de que las mujeres “no eran cosas, sino una creación de Dios” y ya está interesado en un par de mujeres.
