¿Tabú? ¿Escándalo? Quizás esto sientan algunos cuando ven a su madre desnuda. Este tema, que se ha tratado en obras como “Edipo”, y también ha sido parte de uno de los complejos base de la psiquiatría, parece no afectarles a algunas madres modernas.
Un caso notable es el de Jules Pomerance, que dice que “eso es lo natural”. Camina desnuda frente a su hijo de 13 años. Ella duerme con su esposo, su hijo y sus dos hijas, desnuda en la misma cama. Jules sostiene que “la desnudez es perfectamente natural, y de esta manera contrarresto la sexualización de mis hijos.
De igual modo, en declaraciones para el Daily Mail, dice que sus hijos se sienten cómodos con su desnudez, y así les da confianza sobre sus propios cuerpos, ya que una de sus hijas, al ver una revista, se sintió gorda. En cuanto a su hijo adolescente, ella dice que “así se dará cuenta de cómo son las mujeres reales”, afirma. Por su parte, el niño dice que si bien es “normal” ver a la madre así, no querría ver la madre de otro igual.
Ante el tema, los expertos se dividen: Unos dicen que esto afectará el desarrollo de un adolescente, e influirá en sus relaciones posteriores. Otros dicen que esta puede ser la clave para las relaciones sanas, aunque expertas como la terapista Sarah Fletcher, quien afirma que en la cultura occidental la desnudez sí tiene una connotación sexual, y que aunque si bien esto se practica como forma de dar seguridad, “no se sabe qué efectos puede tener a largo plazo”.
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