How an Iowa boy's mysterious illness has sparked debate around the nation: http://t.co/fXMlfNhAka pic.twitter.com/Y20DtxbeB0
— Iowa City Press-Citizen (@presscitizen) October 28, 2014
Landon Jones es un niño de 12 años de Iowa que, desde hace un año, dejó de comer y beber. Luego de que devoró una pizza y un tazón de helado, simplemente ya no quiso probar alimento alguno. Ya no juega con sus amigos y ha perdido todo interés por mantenerse activo. Ahora está enfermo y se marea casi las 24 horas del día.
Sus padres, Michael y Debbie, luchan con él a diario para alimentarlo y quieren saber qué está mal con su hijo. Han ido a 5 hospitales diferentes y ninguno les ha ofrecido un diagnóstico sobre lo que está pasando. Tienen que obligarlo a probar bocado casi a diario y han recorrido Estados Unidos tratando de saber qué le pasa a Landon, informó el periódico local The DesMoines Register. Incluso, lo llevaron a la renombrada Clínica Mayo, donde no se pudo hacer nada por él.
A Landon le prescribieron antibióticos, pero aún así, no quiso ni comer ni beber. Este ya está en la mitad de su peso y sus padres solo consiguen que se lleve pocos bocados a su estómago. Por su parte, expertos de la Clínica Mayo creen que el niño puede ser el primer caso de su tipo en el mundo. Los padres de este temen que lo terminen alimentando a través de un tubo. Es tal su estado de letargo que ya ha perdido bastantes días escolares.
Los padres de Landon creen que su enfermedad está relacionada con el hipotálamo en el cerebro, lugar donde se regula el apetito. Otra causa puede ser el medicamento que recibió cuando tenía nueve años, ante una “crisis de ausencia”. Le prescribieron Depakote, usada para tratar convulsiones, aunque este tratamiento, según afirman los médicos, precisamente incrementa el apetito.
Por ahora, los institutos más reputados de salud de Estados Unidos quieren darle una cita gratuita al niño, que presenta uno de los casos más difíciles para los pediatras en este país.
