¿Qué es la narcolepsia y por qué es tan difícil obtener un diagnostico?

Riesgos de caídas, incluso la dificultad para trabajar, son algunas de las consecuencias de padecer esta enfermedad que muchas veces es confundida con otras patologías.

La narcolepsia es un trastorno específico del sueño crónico que afecta tanto la cantidad como la calidad de éste. Esta afección se caracteriza por una excesiva somnolencia diurna, cataplejía o perdida transitoria del tono del cuerpo, generalmente desencadenados por emociones fuertes o risa, una parálisis del sueño y alucinaciones hipnagógicas o lo que se conoce como “soñar despierto”, relata la neuróloga de Clínica Avansalud, doctora Marcela Figueroa.

“El paciente presenta “crisis de sueño” donde cae en sueño REM de forma brusca, durmiéndose en cualquier lugar independiente de la situación, que incluso puede ser conversando con alguien”, precisa la especialista.

Eso sí es importante tener claro que no siempre ocurren todos los síntomas en un mismo paciente, lo que determina sus distintos grados de severidad. También es importante tener en cuenta que la parálisis del sueño y las alucinaciones no son específicas de la enfermedad ya que también puede verse en personas normales.

“Por lo tanto, explica la especialista, es una patología de difícil diagnóstico, muchas veces subdiagnosticada por la complejidad que presenta y que en ocasiones hace pensar en otras enfermedades generalmente asociadas a trastornos ansiosos y/o depresivos, por déficit atencional, hasta epilepsia”.

Existen distintos tipos de narcolepsia que le dan su severidad: está la narcolepsia sin y con cataplejía, que a medida que avanza la edad aumenta su porcentaje. Sólo un 25% de los pacientes con narcolepsia nunca presentan cataplejía. La segunda es la más severa por el mayor riesgo de caídas y traumatismo encéfalo-craneal.

En el caso de la hipersomnia diurna es importante al momento de evaluar el riesgo de accidentes laborales o de transito en estos pacientes ya que puede llegar a ser muy invalidante al afectar las actividades de la vida diaria y sus relaciones interpersonales.

Cómo obtener un diagnóstico

Para realizar un correcto diagnóstico es necesario que el paciente acuda a un neurólogo especialista en sueño, quien deberá hacer la descripción clínica y el estudio dirigido para hacer el diagnóstico.

“Se deberían realizar estudios complementarios para confirmación diagnóstica con estudio de hipocretina en el Líquido Cefaloraquideo (LCR) y estudios de imágenes, polisomnografía, test de latencias múltiples de sueño y electroencefalograma, para el descarte de otros diagnósticos diferenciales”, explica la doctora Figueroa.

Si bien es una enfermedad que no tiene cura, en la actualidad existen medicamentos potentes para tratar sus síntomas principales, especialmente la somnolencia y la cataplejía que pueden llegar a ser los síntomas más invalidantes.

Su uso no está exento de posibles reacciones adversas como cefalea, anorexia, taquicardia, aumento de la presión arterial y también de las interacciones farmacológicas con anticonceptivos orales, benzodiacepinas, etc. “No obstante, la educación en estos pacientes respecto a la higiene del sueño es fundamental, como dormir de 7 a 8 horas y realizar siestas breves programadas de menos 20 minutos diarios para mejorar la vigilia durante el día, así como no alimentarse a deshora, para evitar aumentos de peso inesperados en estos pacientes”, puntualiza la especialista.

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