Chengdu: así se vive en la "Ciudad iPad"

El dato 350 mil trabajadores tendrá la fábrica para fines de 2012, debido a la gran demanda de iPads, según las proyecciones de la empresa. Chengdu tiene 14 millones de habitantes.

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Ciudad trabajólica En Chengdu, los empleados de la fábrica tienen entre 80 y 100 horas extra y 174 horas regulares de trabajo al mes. A modo de comparación, en Chile se trabajan 45 horas semanales por ley. Horario: “Seis días a la semana, me levanto a las 6 am, espero por el bus hasta las 6:40, trabajo desde las 7:30 hasta las 20:30, con una hora de almuerzo que se demora media hora en llegar. Llego a mi casa a las 21:00. Sólo me queda una hora hasta que los guardias de los dormitorios apagan la luz”, relata Xiao de 19 años.

El enorme edificio se asemeja a un cubo blanco con unas pocas ventanas. Esta fábrica de Chengdu, provincia de Sichuan, una región pobre del suroeste de China, la dirige Foxconn, el mayor fabricante de productos e­lectrónicos del mundo. Y es aquí donde se fabrican dos de cada tres iPads, la popular tablet de Apple.

“Chengdu es tan grande como Mónaco”, dice orgulloso el taxista que nos lleva. Pero el lugar es mucho me­nos chic: su población trabaja en la fábrica 12 horas al día y seis días a la semana por 315 dólares al mes (unos 157.500 pesos), incluidas las horas extra.

Los trabajadores viven en el pueblo de Yuan, a 15 kilómetros de Chengdu, un sitio lleno de edificios de dormitorios de hasta 18 pisos.

“Yo pago 15 dólares al mes por una habitación de 10 metros cuadrados, que comparto con otros cinco trabajadores”, dice Zhang. Su esposa vive en un dormitorio femenino cercano. Para el descanso de sus trabajadores, la empresa cuenta con cientos de mesas de ping-pong, tiendas y algunos cómodos cibercafés.

Terminado su turno, mu­chos empleados hombres se embarcan en partidas del videojuego  “World of Warcraft”, aun cuando la em­pre­sa preferiría que duerman. En la “Ciudad iPad”, como re­za el lema de la mencionada fábrica, “cada minuto im­por­ta”.

Verificar la calidad de mil 100 iPads al día agota. Pero es difícil salirse. “Cuando mi amigo trató de renunciar, un gerente de recursos hu­manos le pidió que esperase un mes más, porque tenía que lidiar con otras 40 mil cartas de renuncia”, asegura Zhang.

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