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Lograron fabricar cerca de 40 mil imitaciones del afamado y deseado smartphone de Apple, pero la policía de China cerró de manera indefinida la línea de producción tras detener a nueve personas.
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Las autoridades locales señalaron que las ganancias obtenidas por la comercialización de estas copias no autorizadas llegaron a 20 millones de dólares. Además, incautaron cerca de un millón de componentes usados para su construcción.
Según consignó Milenio.com, la mecánica de trabajo era bastante sencilla: se mezclaban piezas usadas con elementos falsificados, para lo cual se empleaba a cientos de obreros en las seis líneas de ensamblaje con la que contaba la fábrica.
En primer término, los teléfonos fabricados tenían como destino el mercado exterior.