Los socios Franco Sacchetti y Sebastián Mendoza comparten la misma pasión por la cocina italiana y las recetas tradicionales transmitidas por sus abuelas. “Inspirados por el deseo de compartir la auténtica experiencia culinaria italiana con el mundo, decidimos unirnos y abrir nuestro propio restaurante italiano”, relata Franco.
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“Mi familia proviene de un pueblo llamado Belluno en la región del Veneto, mientras que Sebastián tiene familia muy cerca de ahí, en Cortina d’Ampezzo. Ambos crecimos rodeados de aromas tentadores y platos deliciosos preparados por nuestras respectivas nonnas y madres. Estas mujeres sabias y apasionadas nos enseñaron los secretos de la cocina italiana, transmitiéndonos recetas tradicionales que habían sido atesoradas durante generaciones”, agrega.
Así, con una clara visión en mente, los emprendedores comenzaron a planificar su restaurante. ¿Con qué idea? Con el propósito de crear un espacio acogedor y auténtico que capturara la esencia de Italia y ofreciera a los comensales una experiencia gastronómica única. Y decidieron llamarlo Da Franco L’umanitaria, ya que se ubica donde funciona el primer centro italiano de Chile, L’umanitaria, que es como se conoce a la Società di Mutuo Soccorso Italia, fundada a fines del siglo XIX por sesenta migrantes italianos para apoyar a sus compatriotas que venían mayoritariamente de Génova.
RECETAS DE LAS NONNAS
Con el propósito y el lugar ya listos, el siguiente paso de los socios fue desarrollar un menú que presentara las mejores recetas de sus nonnas y madres.
“Nos dedicamos a investigar, recolectar y perfeccionar cada plato. Trabajamos duro para recrear los sabores auténticos, utilizando ingredientes frescos y de alta calidad, tal como nuestras nonnas nos habían enseñado. Entonces, las pastas caseras, las salsas fragantes y los risottos cremosos se convirtieron en los pilares del menú”, destaca Franco.
Primero partieron el 25 de junio de 2021 con el formato delivery, pocos días después, cuando el 6 de julio abrieron las puertas de Da Franco para el consumo en el recinto, la trattoria se llenó rápidamente con entusiasmados comensales por probar la auténtica cocina italiana, preparada con amor y dedicación. Además, encantó el ambiente cálido y acogedor del restaurante, con paredes adornadas con fotos de nonnas, paisajes y elementos icónicos italianos y antiguos utensilios de cocina que evocan la nostalgia en los clientes.
Al poco tiempo, Da Franco se convirtió en un punto de encuentro para familias, amigos y parejas que buscan una experiencia gastronómica única.
“A medida que el éxito del restaurante ha ido creciendo, no olvidamos nuestras raíces y el amor que sentíamos por nuestras nonnas. Por lo mismo, decidimos honrarlas aún más, ofreciendo clases de cocina en las que enseñamos a hacer pizzas, pastas frescas y cenas de maridaje”, subraya Sebastián Mendoza.