Lo de Ignacio Ruiz Carrasco es una apuesta permanente, una búsqueda que lo ha llevado adonde quiere estar a los 36 años: casado, padre de dos niños y gerente de la empresa que él mismo creó.
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Ya en el colegio destacaba en la organización de eventos y actividades extra programáticas porque, según cuenta, se sentía mejor “movilizando a otros que sentado frente a un profesor. Por lo mismo, en el segundo año de universidad tomé una decisión arriesgada, pero de la que no me arrepiento hasta el día de hoy: abandoné los estudios formales”.
A esas alturas ya tenía claro que se encaminaba hacia alguna actividad desde la que pudiera ayudar rápidamente a las personas. “En el área de servicios puedo aportar más. Ese sello es el que ha marcado mi vida profesional: facilitar la vida de los demás”, afirma convencido.
-Usted es joven y emprendedor, ¿cómo fueron sus comienzos?
“A los 12 años comencé desarrollando trabajos muy simples, propios de la edad, como cuidar y lavar autos, después vender orégano y, más adelante, organizar fiestas. Durante años trabajé hasta 17 horas diarias y muchas veces los fines de semana. A los 18 formalicé la producción de eventos. Pero cuatro años después tuve mi primer tropiezo. Quebré, y esa quiebra provocó que a los 22 años tuviera una deuda de más de 60 millones de pesos, lo que podría desmoralizar a cualquiera. Fue un fracaso doloroso, pero gracias a la ayuda de mis padres, logré salir adelante. Una figura clave fue mi padre, con quien sostuve largas conversaciones, muy motivadoras, y que me han marcado hasta el día de hoy”.
-¿Cree que la quiebra marcó un punto de inflexión en su vida?
“Sí, definitivamente. Tanto en lo personal como en lo profesional. A los 23 decidí emplearme, y creo que esa fue otra decisión correcta. En los siguientes ocho años preparé mi camino de empresario, y aprendí de profesionales de primer nivel, tanto en la práctica como académicamente, con varios diplomados en la Universidad Católica. Esa etapa fue clave, pues logré perfeccionar mi manejo laboral y empresarial, hasta el punto de sentirme a los 30 años preparado para desarrollar emprendimientos en paralelo a mi puesto formal”.
-Claramente la fórmula resultó exitosa…
-Así es. Logré ser líder en la empresa en la que estaba contratado y pude crear otra por fuera (168grupo), con más de 30 profesionales. Y muchos de ellos me acompañan hasta el día de hoy. Finalmente, a los 35, decidí dedicarme totalmente a mis negocios. Y hemos logrado tanto en tan poco tiempo. Por ejemplo, hoy ya contamos con 75 colaboradores, y confiamos en crecer cada día más”.
-¿Tuvo algún referente en lo profesional?
“Uno muy especial. Durante el período de preparación y crecimiento en los ocho años previos a consolidarme como empresario independiente. Es Francisco Walker, quien está presente en mi vida laboral desde los 23 años, y que ahora me acompaña como director asesor en 168grupo. Es un profesional con experiencia, cuya guía nos permite tomar decisiones de forma ética y ponderada”.
-¿Cuáles destacaría como los hitos más importantes de su carrera?
“Sé que no es habitual recordar los fracasos, pero uno de los más relevantes fue la quiebra a los 22 años. Ese evento me marcó, y, desde entonces, valoro mucho la importancia del ahorro. Aparte, el haber trabajado como empleado, en una empresa muy exigente, disciplinada y con profesionales de primer nivel, me permitió impregnar ese sello en mis equipos de trabajo. Y no puedo dejar de mencionar que quizá lo más importante es la familia que he construido junto a mi esposa. Sin el apoyo familiar, difícilmente se podría avanzar en el mundo del emprendimiento”.
-¿Qué desafíos están pendientes?
“El gran desafío es posicionarnos como la empresa socia del mercado. Somos pioneros en generar alianzas estratégicas, lo que nos permite levantar más empleos, como también apoyar a las pymes. ¿Cómo? Siendo sus articuladores y nivelando los servicios, que hoy sentimos que están muy deficientes. Todo lo anterior ayuda a nuestros clientes a ser felices. Hoy el mercado ya no necesita de profesionales grises, sino de color, que representen disciplina, eficiencia y calidad”.
-Ha tenido un crecimiento explosivo…
“Hemos cuidado mucho la calidad del trabajo de nuestro equipo. Tenemos claro que, en las empresas, las personas son lo más importante. Por lo mismo, ya aplicamos la reducción de jornada laboral a 40 horas semanales y los viernes, por ejemplo, se trabaja hasta las 13:30 horas. No buscamos un crecimiento explosivo: nuestra gente es lo primero”.
-Cuéntenos de 168grupo… ¿Cómo surgió la idea?
“Surge a raíz de la pandemia. En 168grupo resolvemos problemas, pero no bajo una figura servicial, como sería un mayordomo, caricaturizando la relación, sino más bien como partner. Acá percibimos la oportunidad de solucionar problemas a personas y empresas, independiente de su naturaleza, como un articulador que tiene vínculos con distintas áreas”.
-¿A qué se dedican, específicamente?
“Levantamos un grupo de negocios para atención rápida que ofrece cinco servicios, que me permiten estar en el pensamiento de las personas las 24 horas del día. De ahí viene ‘168grupo’: las 24 horas por siete días, 168 horas. Acá tenemos servicio de limpieza y mantenimiento para hogares, empresas e industrias. De construcción para obras menores. Soluciones para el ambiente inmobiliario y, además, somos una agencia de marketing tradicional y digital”.
-Se diversificaron bastante…
“Es que cada día aparecen casos nuevos. Por lógica de demanda, el negocio ha ido mutando en varios frentes, lo que nos ha permitido desarrollar atención directa o bien articular las soluciones, pero siempre bajo la figura de ‘médico de cabecera’, acompañando en cada paso hasta llegar al resultado. Y hemos tenido muy buena recepción de boca en boca, lo que nos ha permitido entrar en organizaciones importantes que han confiado en nosotros”.