Tener un sueño completo y placentero te ayuda a sentirte bien, renovar tus energías y tener una buena jornada. Sin embargo, hay algunos síntomas que pueden indicarte que tus momentos de descanso no están logrando dichos objetivos. Conoce cuáles son estas señales y cómo cambiándote a camas ortopédicas puedes mejorar la situación.
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Estas molestias son fáciles de identificar, algunos de ellos podrías sentirlos más intensos apenas te levantas:
1. Dolores en la espalda. Son recurrentes cuando tu cama no te ayuda a dormir como es debido. Así, puede que tu colchón convencional haya perdido su firmeza y esté mucho más blando, lo que hace que tu espalda no tenga el soporte adecuado para mantener una posición saludable.
Considera que las camas ortopédicas permiten que tanto tu columna, como tu cuello, permanezcan correctamente alineados. Además, están diseñadas para que tu zona lumbar no exceda su curvatura natural. Tales beneficios le entregan reposo y la relajación a tu espalda.
2. Problemas de circulación. Si tu cama impide que tengas una posición correcta cuando duermes, podrían presentarse situaciones desagradables, como pinchazos dolorosos, entumecimiento y otros molestos síntomas. Estos problemas aparecen cuando, debido a la mala postura, la sangre no circula en condiciones favorables por el organismo.
Para mejorar la manera en que duermes y favorecer la circulación sanguínea, puedes utilizar una cama ortopédica. Éstas distribuyen correctamente el peso al acostarte, brindándote una postura uniforme y relajante que facilita el flujo de la sangre.
3. Dificultades para conciliar el sueño. Si se te hace difícil dormirte y comienzas a dar vueltas y vueltas en tu cama durante largo rato, podría ser por la incomodidad que sientes en la superficie donde estás recostado. Lo que está indicando que necesitas hacer un cambio.
Si utilizas una cama ortopédica, puedes beneficiarte de su nivel de suavidad y firmeza, que te entrega mayor confort al momento de conciliar el sueño y obtener un descanso reparador.
4. Tensión muscular. Los músculos también sufren al no tener una adecuada relajación. Si no duermes a gusto en la cama que utilizas, afectarás su recuperación y cuidado, lo que provocará tensión muscular y falta de energía.
Ten en cuenta que las camas ortopédicas se ajustan perfectamente a tu cuerpo para disminuir tensiones musculares e incluso articulares. Dormir en ellas puede ser lo que necesitas para evitar esas incómodas molestias.
5. Mala postura para dormir. Tal vez notes que al acostarte en tu cama, tu cabeza, torso y piernas no se alinean de forma cómoda. Esto podría ser por un colchón que ya está deformado por el paso del tiempo, o por la falta de firmeza de la base que no te sostiene como es debido.
Una cama y colchón ortopédicos te entregan estabilidad y amortiguación ideales para mejorar la posición de tu cuerpo mientras duermes.
Dale a tu descanso la importancia que merece.
Dormir y descansar bien es esencial, de ello depende parte importante de tu calidad de vida y salud en el día a día. Si tienes algunos de los síntomas que acabas de leer, considera que puedes usar camas ortopédicas, que te ayudarán a superar esos problemas.