Luego de dos años fuera del calendario internacional y local, primero por el estallido social y luego por la pandemia, el triatlón de Pucón, conocido como “la carrera más linda del mundo” de la especialidad, vuelve a reclamar su espacio. La primera semana de enero convertirá a la zona lacustre de La Araucanía en el epicentro de la actividad deportiva, con más de tres mil competidores disputando el Kids Challenge (el jueves 6), la Promotional Race (el viernes 7) y el Ironman 70.3, el domingo 9. Pero el retorno de la cita en la provincia de Cautín tendrá algunas particularidades, propias de la situación sanitaria.
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“Estamos muy entusiasmados con la vuelta de esta carrera, luego de dos años de postergación. Se podría decir que estamos trabajando en dos eventos: uno, el deportivo, que no tiene muchas variaciones respecto de años anteriores; otro, que tiene que ver con los protocolos sanitarios, que son muy estrictos, pero que nos permiten tener muchos deportistas participando”, parte contando Guido Cornejo, gerente comercial del Club Deportivo Universidad Católica y director general de la competencia.
Pese a la contingencia, como siempre el Ironman de Pucón completó rápidamente sus cupos, incluyedo aquellos reservados para los atletas de categoría Elite, muchos de los cuales llegan desde el exterior. “Sospechamos, eso sí, que vamos a tener algunas bajas de algunos deportistas extranjeros, que pueden tener algunos problemas para acceder al país, así como algunos chilenos que no se han podido preparar de manera normal, pero la participación de Bárbara Riveros y del español Javier Gómez Noya, entre otros, garantizan un excelente nivel y espectáculo”, comenta Cornejo.
La carrera se ha ajustado al ambiente de pandemia. Varias actividades tradicionales, periféricas a la competencia, no podrán realizarse. La tradicional tallarinata previa, así como la Expo, las conferencias de prensa y las activaciones de las marcas vinculadas al evento no se realizarán. Las charlas técnicas, información a deportistas y el vínculo con los deportistas han transitado hacia el ambiente digital.
Aún así, la expectación a los pies del volcán Villarrica y a orillas del lago del mismo nombre no se transa: como suele ser habitual para la semana del Ironman 70.3, conseguir alojamiento se torna casi un imposible.
“Por eso, hacemos un llamado al autocuidado. Si bien hemos extremado las medidas sanitarias, para que no se genere ningún problema por la realización de la carrera en Pucón, es importante enfatizar que las personas, los deportistas, sus acompañantes y el público en general sean conscientes de que este es un evento que mueve mucho volumen de gente y que debemos cuidarnos todos para que todo resulte bien. Invitar a todos a que usen mascarillas, a que tengan sus pases de movilidad activos, que nos cuidemos entre todos, para no dejar una secuela en la ciudad y así se puedan seguir realizando eventos de estas características en el país”, enfatiza el ejecutivo.
Parte de los cuidados que tiene esta edición del triatlón de Pucón es que los deportistas podrán retirar sus kits de competencia presencialmente, pero el parque cerrado -que tendrá mucho más espacio del habitual- estará habilitado para dejar sus bicicletas con horarios parcelados. El sector de la playa, donde se da la largada y está la meta, no tendrá acceso a público para evitar aglomeraciones, “lo que compensaremos con pantallas gigantes en la ciudad, para que el público pueda seguir el desarrollo y el desenlace de la competencia”, acota Cornejo.
Además, al momento de cruzar la línea de llegada, será cada deportista el que retire su medalla individualmente, la que estará colgada de un mural, sin contacto físico. La zona de recuperación también será una zona de paso. “Son cambios necesarios para hacer una carrera segura. Estamos convencidos de que estamos velando por la seguridad de todos”, remata Cornejo.