Alexis Sánchez tiene 33 años. El próximo 19 de diciembre, un día después del término del Mundial de Qatar, que -recordemos- se jugará a fines de este 2022 que recién arranca, el tocopillano cumplirá 34.
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Es el más joven de la columna vertebral de la “Generación Dorada”, que completan Claudio Bravo, quien para ese entonces tendrá 39 “primaveras”, Gary Medel y Arturo Vidal, quienes ya habrán soplado 35 velitas. Es decir, ya sea en marzo o en el cierre de este año, dirán adiós a la “Roja”, como probablemente también lo hagan Eugenio Mena, Charles Aránguiz y Eduardo Vargas, algunos de sus fieles escuderos.
Ya empezamos a tachar los días del último calendario de la era más gloriosa en la historia de la selección chilena, con las esperanzas vivas de un “Último Baile” mundial, pese a la dolorosa derrota ante Ecuador en San Carlos de Apoquindo. Las matemáticas no mienten y estamos obligados a sacar por lo menos siete puntos en las cuatro fechas que quedan, y puede que no alcancen.
La pista está cuesta arriba, pero uno escucha hablar a los referentes y pareciera que los números no les importaran. Claro, los que nacimos y crecimos en la época de las calculadoras damos por hechos ciertos resultados que ellos no.
Por eso, mi anhelo futbolístico para este año es que puedan estar todos, más allá de que Arturo Vidal ya está suspendido para el inédito partido en Calama contra Argentina. En unas Clasificatorias -me rehuso a llamarlas Eliminatorias todavía- marcadas por las bajas por todo tipo de razones, los “históricos” se merecen pelear en cancha su opción de jugar una última Copa del Mundo.
Hoy, la Selección viene siendo una de las pocas cosas que nos une a casi todos los chilenos y una clasificación sería el broche dorado para 15 años donde aprendimos a creernos el cuento. Que éste tenga un final feliz, ése es mi deseo para el 2022.