Las semifinales de Roland Garros 2021 parecían sentenciar la pelea por el trono de mayor cantidad de títulos de Grand Slam y, por ende, la lucha por ser el mejor en la historia del tenis. En ese duelo crucial, Novak Djokovic venció a Rafael Nadal, luego se coronó en París y después en Wimbledon, alcanzando al español y a Roger Federer con 20 consagraciones en los cuatro torneos más importantes del circuito.
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Sin embargo, tras una temporada soberbia, vino la debacle del serbio, ya que no pudo con Daniil Medvedev en la final del US Open y tampoco consiguió el permiso para competir en el Abierto de Australia, en medio de un escándalo por su condición de antivacunas. Y “Rafa” no desperdició la oportunidad.
En un partido marcado por su sello de “Gladiador”, remontó dos sets ante el propio ruso y terminó derrotándolo por 2-6, 6-7(5), 6-4, 6-4 y 7-5, en una batalla que duró cinco horas y 24 minutos. El moscovita se encaminaba hacia un triunfo cómodo, pero el “punto de quiebre” se dio en el tercer parcial, cuando el mallorquín salvó un 0-40 que lo dejaba 4-2 abajo y arrancó la resurrección.
Con 35 años, el hispano tuvo más resto físico que el eslavo, una década menor. El “Big Three” sigue demostrando que, pese a la edad, domina el escenario mundial cuando está en condiciones.
De paso, el ibérico le dio una mano a “Nole”, pues impidió que su rival de ayer le quitara el número uno del ranking, que ostenta desde el “major” australiano de 2020. Fue la única buena noticia en estas dos semanas para el balcánico, de 34 “primaveras”, quien ve cómo su hasta hace unos meses probable reinado eterno queda en jaque, por no querer vacunarse contra el coronavirus.
Poco le importa la polémica al manacorí, quien queda arriba en los campeonatos “grandes”, con 21 trofeos. Y más encima ahora se viene la “Copa de los Mosqueteros” en la arcilla parisina, su tierra preferida.
La carrera por ser el tenista más grande de todos los tiempos está más abierta que nunca. Eso sí, en la “pole position” está el “Matador”.