Apenas llegó, Álvaro Brun se hizo de la titularidad en el mediocampo de Universidad de Chile. Los “azules” buscaban un caudillo que liderara desde la contención y, tras mucho buscar, dieron con el uruguayo, quien viene precedido de una larga trayectoria, pero que no lucía un club del peso del cuadro estudiantil. Ahora, en su segundo partido, afronta el “Superclásico”, en el que siente que el equipo en construcción del técnico colombiano Santiago Escobar puede dar el salto de calidad que los lleve a pelear arriba en el torneo.
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¿Cómo lo convenció Luis Roggiero de venir a la “U”, siendo que usted estaba en un equipo que estaba disputando Copa Libertadores?
—Primero me llamó Washington Castro, amigo de hace años, que hace algunas temporadas me había contactado para venir a jugar a este país, aunque no a la “U”, sino a otro equipo, pero no se dieron las cosas: me sentía muy cómodo en el club donde estaba, no era un grande como la “U”. Me manifestó que había interés de contratar a un volante central y me preguntaron si tenía cláusula de salida. Les dije que sí y, en la medida de que no fueron cerrando distintos jugadores, buscaron otras opciones y se me abrió la oportunidad. Les había dicho que no tenía problemas para salir del Montevideo City Torque, pero como ya había empezado el campeonato uruguayo, y jugando Copa Libertadores, me tenía que sentar a hablar con ellos por respeto, ya que llevaba muchos años en el club. Pero venir a la “U” era un desafío: llegar a un grande, cosa que no me había tocado.
¿No fue tema para usted ser la cuarta alternativa para el puesto en la “U”?
—No, eso, a mí, no me cambia nada. Ser primera o última alternativa para mí es lo mismo. Miro el presente y hacia adelante. Hoy me siento a gusto y feliz, me brindan todo y uno ahora tiene que retribuir dentro del campo, junto a los compañeros. Somos un grupo nuevo, con mucha hambre y ganas de sacar las cosas adelante, conscientes del lugar donde estamos. Muchas veces, los procesos en los clubes grandes son medio complicados, pero tenemos grandes jugadores como para cambiar la racha de, por ejemplo, este clásico, que para nosotros sería ideal.
¿Cómo han sido este par de semanas en la “U”?
—Contento, feliz, orgulloso de formar parte de un club tan grande. Muy contento con el plantel, el grupo, con los funcionarios que trabajan a la par de uno, que lo hacen sentir a gusto para poder enfocarse sólo en lo deportivo y prepararse para cada reto. Ahora nos viene un duelo muy lindo, que es un desafío importante por el historial que hay, por todos los años que no se le gana a Colo Colo de visita, lo que le agrega un ingrediente más a este clásico, el más importante de Chile. Para nosotros, ganar nos daría un envión anímico importante para lo que resta del torneo.
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Esta “U” tiene buen poder de fuego, pero es feble defensivamente...
—No se debe apuntar a los que defienden, porque es un combo de cosas: de la presión que se hace, que el equipo se mantenga corto. Eso precisa trabajo y por mucho que lo entrenes, en los partidos suele ser diferente. A medida de que van pasando los partidos, vamos agarrando confianza, tenemos que tener ese sentido de pertenencia del puesto: “Acá juego yo, y tengo que cambiar las cosas”. Somos autocríticos, no es que creamos que estamos haciendo todo bien. Sabemos que no, porque hemos recibido goles en todos los partidos. Hay que seguir trabajando, quienes van a cambiar las cosas somos los miembros del plantel, pero tengo mucha fe, porque veo cómo entrenamos a diario y luego de cada práctica nos quedamos hablando de las cosas a corregir, y lo que podemos mejorar. En el partido anterior, que nos hagan un gol a los tres minutos nos movió mucho. Sabemos que tenemos que mejorar mucho las pérdidas de la pelota en la salida. Cuando vemos que está fea, tenemos que arriesgar menos para que el equipo no quede desbalanceado y abierto, como fue en el gol de O’Higgins. Hay cosas positivas y de eso el plantel también está consciente.
Una eventual tercera derrota consecutiva, ¿complicaría el proceso que están iniciando?
—Sería muy duro. Por el rival, por lo que significa para la gente y por nosotros, que queremos pelear arriba. Pero no pienso en eso. Pienso en ganar.
Hernán Galíndez y José María Carrasco decían que están lejos aún de desplegar lo que el técnico pretende…
—Vamos mejorando y, a medida de que van pasando los partidos y sucediendo cosas, sabemos que no podemos repetir los errores cometidos. Es un proceso, pero sabemos que -en un equipo grande- a veces los procesos no se dan, porque hay que ganar todos los fines de semana. Somos conscientes de eso. Dentro de la cancha, tenemos que ser más inteligentes para disimular las falencias y que se vean más las virtudes. Pero no puedo decir un porcentaje de logro respecto de lo que quiere el técnico, porque eso se va mejorando día a día.