Los últimos meses han sido muy intensos para Franco Torgnascioli, arquero uruguayo de Everton de Viña del Mar quien recientemente volvió a entrenar con sus compañeros en el club de Viña del Mar.
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El charrúa se perdió la pretemporada y el arranque de torneo con los viñamarinos, ya que el pasado 19 de diciembre le diagnosticaron un cáncer testicular. Días después de esa dura noticia, al portero extirparon un tumor maligno.
Posteriormente, el 7 de febrero, inició una quimioterapia y un tratamiento por el que debe acudir a controles cada cuatro meses. Su buena evolución le ha permitido volver a entrenar sin inconvenientes.
“El oncólogo que me está tratando me dijo que no tenía ninguna contraindicación para entrenar. Me extirparon el testículo con el tumor y quedé con controles cada cuatro meses. Pero quedé bien. Ahora tengo que hacer una readaptación y luego comenzaré con pretemporada para ponerme a punto y ponerme a disposición del entrenador”, explicó Torgnascioli en entrevista con Las Últimas Noticias.
“Estuve encerrado en toda la etapa de la quimioterapia por si me bajaban las defensas, así es que ahora parecía león enjaulado. Ya llevo dos entrenamientos y estoy contento porque me he sentido bien en este regreso”, agregó.
Al hablar de cómo fue dicho proceso, el meta de 31 años contó que “se me cayó el pelo a los diez días de las quimios. La primera semana tuve cinco sesiones corridas, en la segunda tuve una sesión de tres horas al igual que en la tercera. Y un día cuando me peinaba me quedé con el pelo en la mano. Cuando volví me corté con la máquina de cortar el pelo y una semana después ya me duché y se me salieron todos los demás y mi señora me pasó la gillette para raparme los pelos que me quedaban”.
“Fue un momento emotivo, porque ella ha sido clave en todo esto y siempre me ha apoyado. Ha estado en todos los detalles como mi alimentación porque tenía que comer todo cocido”, complementó.
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En cuanto a su ánimo, el futbolista nacido en Salto sostuvo que “la verdad es que dentro de todo me lo he tomado lo mejor posible. Desde el principio los doctores me comentaron que el cáncer testicular es uno de los que mejor perspectivas de recuperación tiene, casi del 95%. Entonces, en todo minuto yo estuve tranquilo. Mi señora Patricia tampoco me transmitió ningún estrés extra. Obviamente mi mamá en Uruguay estaba preocupadísima, pero ahora que regresé a entrenar debe estar feliz”.
“Al principio y antes de los exámenes estaba muy nervioso porque no sabía con qué me iba a encontrar, pero ya después quedé bastante aliviado y en la tomografía comprobaron que el cáncer no se me había ramificado, entonces ahí ya me quedé tranquilo. Te pasan miles de cosas por la cabeza, pero es lo que toca y traté de verle el lado más positivo. Dentro de la desgracia, este cáncer tenía cura”, añadió.