Un golazo de chilena en Kiev para darle la última Champions de su historia al Real Madrid, un cabezazo en Lisboa para ganar la única de Carlo Ancelotti con los Merengues, ante el Atlético de Madrid y una corrida inolvidable ante Marc Bartra, en un una final de Copa del Rey ante el Barcelona... eso y mucho más le ha dado Gareth Bale al Real Madrid en su estadía. Sin embargo, no lo quieren.
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Después de 2018, la relación se rompió y nunca más se recompuso. Después de dos años sin hacerlo y varios gestos desagradables para la afición, un día Bale volvió a pisar el estadio Santiago Bernabéu con la camiseta blanca. Aprovechando el triunfo entre semana ante el Chelsea, Ancelotti creyó que era el momento ideal para que el galés jugara en la Casa Blanca.
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No obstante, la afición merengue no le perdonó tantas que tenía por cobrarle. Por eso, cuando al minuto 73 de la victoria ante el Getafe (2-0) Bale reemplazó a Karim Benzema, lo que llovieron fueron pitos e insultos. A la afición blanca no le importó que se tratara de un jugador suyo, le recordó tantas humillaciones.
Luego, a jugar. Haciendo de centrodelantero, Bale corrió y la pidió, pero tocó pocos balones y no tuvo ocasiones para anotar. El Madrid necesita de todo lo que tiene para la recta final de la temporada, donde está cerca del título de liga y soñando con la Champions.