Si los últimos años de Universidad de Chile fueran una serie de Netflix, los telespectadores se aburrirían, porque todas las temporadas se parecen. Arrancan con un nuevo proyecto “revolucionario” que busca reflotar la gloriosa etapa de Jorge Sampaoli, llegan a su clímax con el despido del DT de turno y del director deportivo que lo trajo, y cierran con un final más desahogante que feliz, salvándose del descenso con mayor o menor drama.
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Eso sí, la presente campaña de la “U” estaba más basada en una película, “Moneyball”, protagonizada por Brad Pitt en el rol de Billy Beane, gerente general del equipo de béisbol Oakland Athletics. Decidido a relanzar al club, luego del enésimo fracaso, se apoya en las estadísticas para fichar jugadores y logra establecer el récord de victorias consecutivas en la Major League Baseball.
Luis Roggiero, la versión ecuatoriana del hombre personificado por el famoso actor, llegó al Centro Deportivo Azul con su propio sistema de análisis estadístico, Futbolmetrics, que ayuda a adoptar mejores decisiones a la hora de contratar a un futbolista. Sin embargo, el “Romántico Viajero” está tan a la deriva, que hasta las recetas supuestamente probadas terminan con un sabor amargo.
En el filme mencionado, el directivo es fuertemente cuestionado y se anticipa su salida. No obstante, lo aguantan y termina dando resultados, pues había confianza en su proyecto.
En Azul Azul no hay optimismo ni fe, y sí desconfianza, y así el ex “cerebro” de Independiente del Valle duró un poco más de lo que hubo que esperarlo para que arribara. Quedará la duda respecto a qué refuerzos se basaron en su modelo numérico y cuáles fueron impuestos por la alta dirigencia.
Lo que sí está claro es que el guión es tan repetido, que ya tiene hastiados hasta a los más fanáticos.