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De violinista y sicopedagoga a campeona mundial de boxeo: los dos mundos de la “Leona” Asenjo

Daniela Asenjo logró en París el título mundial Súper Mosca de boxeo. Antes de la anhelada coronación con los guantes, la chilena fue violinista y trabajó como sicopedagoga en un colegio. “Mi abuelo me enseñó de niña los primeros golpes”, recuerda con emoción.

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El perfil más íntimo de Daniela Asenjo no se compadece con su fiera estampa sobre el ring, donde se abrió camino a fuerza de golpes hasta coronarse campeona planetaria de la Organización Mundial de Boxeo en la categoría Súper Mosca, en su noche de consagración parisina. Lejos de los guantes y su cartel de “Leona” en el pugilismo, la valdiviana de 31 años creció felizmente cautiva de la música del violín y después se graduó de sicopedagoga con postítulo en transtornos conductuales, marcada por una sensibilidad especial y aquella sutil vocación que le transmitió su abuelo Daniel Garrido: “Con él siempre veíamos boxeo por TV e, incluso, me enseñó a lanzar algunos golpes. Cuando joven también practicó, hizo un par de peleas amateur y por ahí viene mi historia de cómo comencé a boxear”, recuerda.

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Daniela no traslada su agresividad a la vida diaria y el respeto marca su trato con el entorno. “Cuando chica estaba encerrada horas estudiando el violín, y hoy hago lo mismo con el entrenamiento. La disciplina y constancia que aprendí con la música ahora las aplico en el deporte”, cuenta.

El primer abrazo tras la gloria alcanzada el martes en el Prestige Fight de Francia fue, por cierto, para su pareja y entrenador Alejandro Concha, quien creyó siempre en sus condiciones y la motivó tras los inciertos inicios: “La primera vez que me acerqué al boxeo tenía 15 años y me dijeron que no era un deporte femenino, que no entrenaban mujeres en el club donde pregunté para tomar clases. Me tuve que ir abriendo camino, pero me topé con esos prejuicios y trabas”.

. Daniela, una campeona en varios frentes.

La valdiviana nunca bajó los brazos hasta que, literalmente, se los levantó el juez para declararla campeona. “Estamos felices por el título... Alejandro fue la persona que confió en mí cuando nadie lo hacía. Siempre fue mi apoyo, y organizamos peleas; teníamos que montar el ring y ordenar las sillas, vender las entradas. No es fácil, pero ha sido reconfortante porque fuimos pacientes para hacer las cosas bien”, enfatiza.

Las carencias del deporte chileno la llevaron a aplazar su enseñanza con los niños. “En 2018 dejé de ejercer para dedicarme sólo al boxeo. Primero alternaba las dos actividades, clases en un colegio y entrenamiento en el gimnasio, pero todo cambió cuando gané el título chileno y decidí dedicarme a esto. Esta corona mundial es para Valdivia y su gente”, reitera la “Leona” de esos dos mundos. En rigor, su perseverancia y ferocidad instalaron a la boxeadora chilena en el Olimpo de los puños con las mismas manos virtuosas de profesora y violinista que antes le abrieron otros caminos fecundos…

<i>“El titulo mundial lo llevamos a nuestra querida Valdivia. Estoy feliz de cómo se dio el combate, fue una jornada inolvidable. Tengo el corazón lleno de alegría. La ansiedad, las ganas de lograr el nocáut me pasó un poco la cuenta, porque busqué siempre a Casey en la pelea y me cansé un poquito. Me hace feliz tener este cinturón de campeona mundial”. </i><b>Daniela Asenjo</b>

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